«Me han hecho soñar con mucho más de lo que podía imaginar»

«Me veo a mí y me veo muy bien, orgullosa de lo que he conseguido. Me veo bien, porque mi familia también me ve muy bien. He llegado a un nivel más alto del que aspiraba a alcanzar, con trabajo, con independencia y con posibilidad de seguir formándome».
Angely, como la mayoría de las jóvenes de su edad vive con su madre, aunque ella —no como la mayoría de los jóvenes— ha encontrado un trabajo indefinido que le gusta y la motiva. Porque —asegura y se le ilumina la mirada—: «Siento que aquí me han dado más de lo que yo esperaba, lo ha superado con creces».

Dice que este proceso es el resultado de haber acudido una tarde a la parroquia de su barrio, cuando acababa de llegar a Madrid, y aún se sentía sola y desubicada. En esa parroquia le abrieron las puertas de Cáritas Madrid, y a partir de ahí la recibieron en el Servicio Diocesano de Empleo, donde «me han ayudado mucho, me cuidan y me han hecho soñar con mucho más de lo que podía imaginar».

La joven asustada que se sentaba al otro lado de la mesa, era también una mujer con posibilidades, con capacidad. Eso es lo que vieron en el Servicio de Empleo cuando miraron a Angely. A partir de ahí, comenzó su recorrido, que arrancaba en el Campus Cáritas Madrid.

Y vieron algo en ella «algo que yo misma no veía, porque hay cosas de uno mismo que nunca vas a ver, que tiene que verlo otra persona desde fuera». Vieron que era capaz. Capaz de comprometerse. Capaz de lograr lo que quería. Y, por eso, pensaron en ella cuando en la notaría pidieron a una persona para trabajar con ellos. «Tú piensas que no se fijan en ti con todas las personas que pasan por Cáritas Madrid, pero sí que lo hacen, se fijan en todas y cada una de las personas, a cada persona le dedican su tiempo, hablan contigo, se sientan a escucharte para ver qué problemas puedes tener, eso sirve de mucho…».

«El Campus —nos dice Angely— ha sido para mí una experiencia maravillosa, desde el primer día te incentivan para que llegues a lograr lo que de verdad quieres; ahí hice un curso de informática y he conocido a personas que a día de hoy siguen estando conmigo, a quienes considero amigos porque nos conocemos y apoyamos».

Campus es un espacio donde los jóvenes que por diferentes causas han dejado sus estudios de lado y han perdido la esperanza en el futuro, vuelven a ponerse en marcha, a sentir que son parte de algo. Se les ofrece formación en áreas de empleo emergentes, como informática o diseño; también se les asesora para preparar su currículum o hacer entrevistas de trabajo; y además cuentan con gimnasio, salas de estudio y otras zonas de ocio donde, como dice Angely, pueden relacionarse. Porque, como ella, muchos han dejado atrás a sus amigos de antes y necesitan volver a tejer lazos de pertenencia.

Veo veo, ¿cómo te ves en el futuro? «Veo que voy a seguir estudiando. —Y afirma segura—: Sé que a partir de aquí voy a seguir adelante, creciendo a nivel personal y profesional».