«Del infierno de la trata se sale», José Luis Segovia, vicario Pastoral
Pilar Algarate 26 de Octubre de 2025La catedral de Santa María la Real de la Almudena se llenó este domingo, 26 de octubre, para celebrar la Eucaristía jubilar por las personas víctimas de la trata, presidida por José Luis Segovia, vicario episcopal de Pastoral Social e Innovación. Bajo el lema “Del infierno de la trata se sale”, la celebración fue un signo de esperanza y compromiso frente a esta realidad que sigue afectando a tantas personas en todo el mundo.
Al comienzo de la Eucaristía se realizó un gesto simbólico cargado de fuerza y fe: varias personas víctimas de la trata colocaron unas cadenas ante el altar, signo del dolor y la esclavitud que han padecido. Un gesto que, como explicó Segovia, expresa la confianza en el amor de Cristo que rompe toda esclavitud y transforma el sufrimiento en libertad.
Durante la celebración se pidió al Señor por todas las personas que siguen sufriendo esta “lágrima social” y por la conversión de quienes sostienen las redes de explotación, para que cambie su corazón de piedra. También se invitó a los presentes a no permanecer indiferente, sino a implicarse activamente en la defensa de la dignidad y la libertad de todas las personas.
El coro estuvo formado por Misioneras Siervas del Espíritu Santo, acompañadas por mujeres que participan en el proyecto Concepción Jerónima de Cáritas diocesana de Madrid, quienes pusieron voz y emoción a una liturgia marcada por la esperanza y la fe compartida.
En su homilía, José Luis Segovia transmitió el saludo del cardenal José Cobo, que no pudo asistir como hubiera deseado, y recordó que la Palabra proclamada “nos invita a cuestionar nuestra forma de relacionarnos con Dios”, advirtiendo contra la tentación de “quienes se consideran justos y miran a las demás personas por encima del hombro”. Inspirado en la parábola del fariseo y el publicano, Segovia señaló que Dios se pone amorosa y descaradamente del lado de las víctimas.
“Dios ha descendido en Jesús a las curvas más oscuras y tenebrosas de la trata para iluminar, acompañar, sostener y dignificar a quienes habéis sido sus víctimas. Del infierno de la trata se sale. Dios apuesta por vuestra causa y hace nuevas todas las cosas”, afirmó.
El vicario Pastoral recordó las palabras del papa Francisco, quien ha denunciado que la trata de personas es una de las manifestaciones más dramáticas de la comercialización del otro y constituye una herida abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea. En esa línea, Segovia subrayó que la indiferencia no puede tener espacio en la Iglesia y pidió un compromiso concreto frente a la mercantilización de la vida y la normalización del sufrimiento ajeno.
“No se puede pasar página con facilidad. La trata de seres humanos con fines de explotación sexual o laboral, la explotación de menores o la comercialización de órganos reclaman el compromiso de todos. También dentro de la Iglesia, cuando corremos el riesgo de preocuparnos más por la gestión que por el servicio a la verdad y a las víctimas”, advirtió.
En un tono profundamente humano y agradecido, José Luis Segovia dirigió unas palabras especialmente cercanas a las mujeres presentes en proceso de recuperación: “Vuestra vida, vuestro intento esforzado de reconstrucción, es la denuncia más vigente de nuestra mediocridad. Vuestra fe en Cristo víctima nos reconforta, nos alienta y nos sana a todos. Gracias por enseñarnos dónde está la verdad de Dios y dónde tenemos que estar como Iglesia”.
Al finalizar la Eucaristía se tuvo un gesto de fuerte carga simbólica: las cadenas colocadas ante el altar fueron rotas, como signo de la liberación que brota del amor de Dios y de la esperanza que anima el camino de quienes han sufrido la esclavitud de la trata.