El voluntariado para dar esperanza a las familias sin hogar

Hablamos de las y los voluntarios del residencial Sínodo, un recurso residencial temporal que Cáritas Diocesana de Madrid, a través del Servicio Diocesano de Vivienda, ofrece a las familias que están en una situación vulnerable y que no cuentan con una vivienda. El objetivo es que las personas se sientan acompañas y seguras, mientras consiguen recursos para salir adelante por sí mismas.

En este sentido, el equipo de voluntariado, junto a los equipos de personas contratadas y comunidades de vida, les dan a las familias ese calor de hogar que necesitan, y esperanza para que reconstruyan sus vidas, además de asesoramiento y formación.

Se trata de un problema social, y transversal, donde intervienen muchos factores, como el no tener un empleo, empleos precarios, no contar con red de apoyo o problemas de salud, entre otros.

Cada vez encontramos más casos de familias sin hogar, en un alto porcentaje monomarentales, es decir, madres solas con hijos. Por eso es necesario acogerlas en los residenciales y acompañarlas en sus procesos de inclusión, para que puedan encontrar empleo, empadronarse, acceder a ayudas, establecer lazos…

En todas estas actividades se cuenta con personas voluntarias, como las que participan en el residencial Sínodo. Esta semana ha tenido lugar en este residencial el Encuentro de Voluntariado, donde se coordinan y planifican las actividades de cara al último trimestre del año. 

Entre otras muchas actividades, se organizan para las familias actividades lúdicas y de convivencia, tanto para las madres y padres como para sus hijos, de manera que desarrollen sus habilidades sociales y personales y vayan tejiendo una red de apoyo. Se trata, como dice el lema de la campaña de Personas sin Hogar 2022, de que no se queden "Fuera de cobertura".