Un regalo directo al corazón
14 de Octubre de 2024
EL PADRE ÁNGEL CAMINO, sacerdote agustino y vicario episcopal de Cáritas Vicaría VIII, celebra este año sus bodas de oro sacerdotales. Con este motivo ha donado nueve mil euros al Hogar Isaías. ¡Felicidades padre Ángel y muchísimas gracias!
Santanderino de nacimiento y madrileño de adopción, fue durante 10 años párroco de la parroquia de San Manuel y San Benito en el barrio de Moratalaz, hasta que el cardenal Osoro lo nombró vicario episcopal, nombramiento confirmado hace un año por el cardenal Cobo.
Nuestro agradecimiento al padre Ángel por ponerse al servicio de la Vicaría VIII y de las setecientas mil personas que la integran, por su dedicación a las parroquias, hospitales y colegios que la conforman y por sus habituales visitas a los internos de la cárcel de Soto del Real que también forma parte de la Vicaría VIII. Gracias por reconocer y apoyar a las personas voluntarias en despachos parroquiales, en las catequesis y en los hospitales, por impulsar el apoyo social, por ayudar a desarrollar mucho más las Cáritas y por empujarnos a lograr —permítenos parafrasearte— «que los pobres sean nuestros preferidos», por animarnos a conocerlos, a darles la mano, a preguntarles... y por retarnos continuamente a ver a todos los pobres que existen a nuestro alrededor.
Sabemos que el padre Ángel Camino está feliz y agradecido por estos 50 años, pero nosotros también tenemos que darle las gracias no solo por una vida dedicada a los demás, sino también por acordarse de nuestro Hogar Isaías. El padre Ángel ha transformado, generosamente, su regalo por estos 50 años de servicio a la Iglesia, en una donación al Hogar, removiendo así también la solidaridad de las personas que han querido homenajearle. Hablamos de unos nueve mil euros que irán al Hogar, un espacio de segundas oportunidades, donde personas mayores de 55 años sin hogar, y con escasas posibilidades de acceder a un empleo, han encontrado cobijo y nuevas redes de apoyo. Ahí conviven, lejos de la calle y la indiferencia, mientras esperan su jubilación o encuentran una residencia de mayores.
Gracias, padre Ángel, por contribuir a ofrecerles una vivienda comunitaria, una oportunidad para otro tipo de vida en alojamientos compartidos, con espacios privados y comunes; una alternativa que combina un cierto nivel de intimidad con la posibilidad de crear relaciones de apoyo mutuo. Por todo y por todos ellos, nuestro sincero y emocionado agradecimiento de la familia de Cáritas Madrid.