Tras las pistas del Informe Foessa

El equipo técnico y de personas voluntarias de Cáritas en la Vicaría V ha analizado su labor y misión a partir de los resultados del VIII Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en Madrid, de la mano de Guillermo Fernández, técnico del equipo de estudios sociales de Cáritas Española y coordinador de la Fundación FOESSA.

Cáritas Madrid. 10 de marzo de 2020.- Conocer y comprender las situaciones de pobreza para contrastarlas con las acciones que se emprendemos para ayudar a las personas que la sufren  es la razón por la que todas las personas voluntarias y estructurales de Cáritas Vicaría V fueron invitadas a conocer y analizar los resultados del VIII Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en Madrid desde la parroquia de Nuestra Señora de Europa.

Tras unos minutos de oración y el saludo del vicario episcopal de la Vicaría V, Juan Pedro Gutiérrez, comenzó la sesión formativa y reflexiva por parte de Guillermo Fernández, técnico del equipo de estudios sociales de Cáritas Española y coordinador del informe FOESSA que presentó. El público ya estaba parcialmente sensibilizado con los temas puesto que en las semanas previas a la presentación se habían trabajado el informe en las mesas arciprestales de Cáritas en la Diócesis de Madrid.

La presentación de Guillermo se dividió en 3 partes: diagnóstico de la realidad, procesos de reforma social en paralelo con la historia de los procesos de acción de Cáritas, y retos, con varias pistas de acción para afrontar parte de los nuevos desarrollos sociales.

En Madrid, una de las comunidades más ricas y desiguales de España, entre las situaciones de riesgo y pobreza sobresalen la precariedad del empleo, la inseguridad de la vivienda, el envejecimiento de la población y la crisis de los cuidados. Ello divide la sociedad en 4 niveles: de integración, inseguridad, estancamiento y expulsión, con una creciente desconfianza hacia las instituciones y desvinculación social de los más empobrecidos.

Las pistas del informe apuntan a una reconstrucción de los vínculos sociales (entre personas y asociaciones), fraternidad “cosmopolita” y activa para reconstruir comunidades co-responsables de su desarrollo, “empoderando” a las personas en un proceso compartido.