Cada viernes entregando ternura, repartiendo amor entre generaciones

Durante todo el curso escolar que acaba de terminar, viernes tras viernes, un grupo de jóvenes de entre 14 y 16 años ha tenido una cita especial. Era una cita de sonrisas y ternura. Una cita entre pasado, presente y futuro.

Era la espera de los viernes de las personas mayores de la residencia “Fundación Santa Lucía” de Cáritas Madrid. Las y los jóvenes, del colegio Pureza de María, han estado participando en una actividad de acompañamiento voluntario.

El objetivo que se ha planteado el centro educativo era que aprendieran el significado de la empatía, la tolerancia social, el valor y respeto por la figura del mayor, o que aprendiesen a gestionar la frustración y afrontar situaciones más complicadas.

Por parte de los mayores la motivación era la de interactuar con personas jóvenes, porque eso les genera una sensación de bienestar emocional y físico, además de mejorar su autoestima y estado de ánimo.

De esta manera se fomenta el envejecimiento activo en los mayores evitando una "desconexión social". Un encuentro entre generaciones donde se entrega y recibe a partes iguales, en un entorno de ternura y confianza.

Durante las visitas eran los propios alumnos quienes proponían actividades para realizar, que han sido revisadas por la terapeuta ocupacional o trabajadora social del centro, adaptándolas a un nivel y ritmo intermedio para ambos.

Para cada uno de estos jóvenes la experiencia de estar con mayores ha tenido un impacto distinto, nos dicen desde la residencia. “Unos se sentían bien por poder apoyar, para otros sin embargo era alegría de verlos, el poder charlar con ellos y que les contaras sus batallitas, otros aprovechaban para pedir consejos a la hora de enfrentar sus problemas personales. Ha sido una experiencia que les gustaría repetir".

Esperamos que el otro traiga otras horas de espera y de encuentro.