Compartir y sumar experiencias con los jóvenes más allá del ‘la tierra, el trabajo y el techo’

Hemos podido sumarnos a la colonia de JMJ donde tenemos una comunidad de Hermanas en la que viven Reyes, Rosa y Tere, quienes facilitaron nuestra participación como voluntarias.  Ha sido una hermosa experiencia de compartir con niños y jóvenes migrantes que por diversas circunstancias han dejado sus países de origen y se encuentran en búsqueda de lo que el papa Francisco llama TTT: techo, trabajo y tierra.

Hemos acompañado particularmente al grupo de adolescentes mayores en diversas actividades como la visita al Museo de la Ciencia y la Técnica, al parque recreativo de la Warner, al Parque Natural La Panera y a la piscina municipal.

Estamos muy agradecidas de haber vivido estos días en los que nos hemos situado cerca de la realidad juvenil en un contexto diferente. Hemos podido escucharlos, entender qué les pasa y qué esperan y a la vez tomar conciencia de lo difícil que resulta para un adolescente migrante vivir en Europa. Hemos compartido con otros monitores, lo que fue realmente un gusto, y sentimos que hemos aportado desde nuestra experiencia en liderazgo.

Igualmente, agradecemos a la coordinadora general de este lugar, Sonia, por su disponibilidad, su apertura y las conversaciones tan interesantes compartidas.

Corroboramos que, en el contexto de periferia existencial en la que viven tantos jóvenes hoy, no importa qué lugar del planeta habiten, sino que encuentren instituciones, personas amigas que los escuchen, acojan y acompañen. Eso exige de nosotras, la congregación, una presencia comprometida junto a los jóvenes, disposición para pensar y proyectar alternativas en las que este tipo de jóvenes encuentren posibilidad de sentido.