SÍNDROME POSTVACACIONAL ¿Qué es? ¿Cómo afrontarlo?

“Es necesario darse tiempo (…) La interpretación personal de cada situación condiciona muchas de nuestras emociones”

Desde hace algunos años, es frecuente escuchar el término Síndrome Postvacacional. Al regresar al trabajo, lo oímos con diferentes tonos; en ocasiones, forma parte de la conversación de estos reencuentros de manera jocosa y con afán de relativizar la situación, sin embargo, en otras circunstancias se expresa como afectación real y sinónimo de malestar emocional.

Esta expresión redefine con términos médico-psiquiátricos los efectos que las personas podemos experimentar en el momento de volver al trabajo. A pesar del debate que suscita, se mantiene consenso en cuanto a que estos efectos no tienen entidad clínica por sí misma, sino que se consideran respuesta a un proceso de adaptación al cambio, como otras tantas situaciones que nos encontramos en nuestro día a día.

La forma de afrontar los procesos de cambio es individual y depende de muchos factores tanto internos como externos. Esto da lugar a situaciones en los que estos efectos físicos y emocionales repercuten realmente en el funcionamiento, por su intensidad y por su duración.

En estos casos, es necesario prestar un poco de atención al ‘síndrome postvacacional’.

Los efectos más comunes que aparecen son:

• Ansiedad difusa
• Incremento de irritabilidad
• Falta de interés y motivación por el trabajo
• Apatía
• Tristeza
• Cansancio excesivo
• Problemas de sueño
• Dolores musculares

Si uno se reconoce en estos síntomas, animo a poner en marcha pequeñas estrategias de autocuidado, tanto físico como emocional. Las siguientes pueden ayudar:

• Adelantar la vuelta unos días. Esto permitirá organizar lo necesario en casa, pensar en las nuevas rutinas y cómo nos gustaría organizarlas.
• Aprovechar los últimos días de vacaciones para adaptar el sueño a los horarios laborales, el cansancio afecta mucho al estado de ánimo.
• Durante los primeros días permítete flexibilidad con las actividades, manteniendo espacios de ocio y actividades que aporten bienestar.
• Favorece la adaptación con ejercicio físico o con la meditación.

No es necesaria poner todas en marcha, sino averiguar cuáles son las que a cada uno le ayudan.

En el ámbito psicológico, es una oportunidad para mejorar el autoconocimiento:

• Prestar atención a cómo te cuentas la situación que estás viviendo y cuál es tu tendencia para afrontarla.  
• Normalizar y aceptar estos efectos es relevante, ya que la interpretación que hacemos de la vuelta al trabajo condiciona la vivencia personal.  Es necesario darse tiempo: en la mayoría de los casos, es el factor más importante.
• Si los pensamientos que aparecen son negativos, observemos si son del todo reales o no y de qué manera podemos reinterpretar la situación.

La interpretación personal de cada situación condiciona muchas de nuestras emociones. El autoconocimiento es el punto de partida para saber cómo cuidarnos desde la aceptación y la amabilidad a uno mismo.