En lo profundo

En lo profundo está la voz que alimenta la verdad.
En lo profundo nace la Luz que alumbra el
corazón. En lo profundo hay rostros, hay heridas,
hay duelos, hay señales, hay voces que quizás no
te has parado a escuchar. En lo profundo se quita
el maquillaje, se rompen las apariencias, se callan
los ruidos, se para el ajetreo. En lo profundo hay
deseos, hay combate, hay palabras sin pronunciar.
En lo profundo nace la Luz que alumbra el
corazón.

Hace falta tomar distancia, salir de las pantallas y
del mundo virtual para tocar lo profundo, para
alcanzar la luz. Hace falta valor y espacios para
sentir la fragilidad, la desnudez, la pobreza esencial,
para tocar el corazón. Nuestro viaje, en este
transcurrir de la Navidad, siempre será hacia lo
profundo, hacia esa luz que nace. Compartir sin
aranceles, acoger con pureza, desgastarse en el
tiempo.

No sé si en lo profundo encontraremos muchas
respuestas, pero sí las preguntas adecuadas, la luz
necesaria. Y, sí, allí, en el fondo del corazón, donde
te sientes mirado por el buen Dios, allí, solo
allí, está la verdadera paz y la verdadera Luz que
viene a nacer... En lo profundo.