Quinto Domingo de Pascua: Cristo es no solo el camino, sino también la verdad y la vida.

Lecturas: Libro de los Hechos de los apóstoles (6,1-7). Sal 32,1-2.4-5.18-19. Primera carta del apóstol san Pedro (2,4-9). Evangelio según san Juan (14,1-12).

Nuestra vida es relación, no podemos vivir sin el mundo, sin los otros y necesitamos la profundidad del absoluto que siempre permanece en nosotros como interrogante y sed permanente. Necesitamos camino para el encuentro, verdad para caminar y vida para compartir. Pero nosotros no somos el camino, la verdad y la vida, por eso lo buscamos insistentemente de un modo y otro. Cristo resucitado se nos ofrece como un camino realizado en la presencia del Padre, que conduce a plenitud por veredas de obediencia, amor entregado, vida donada. Nos presenta la verdad vivida como coherencia en la humildad de fiarse del único fundamento vital que ha sido la voluntad de su Padre, como fuente amor y de gracia. Y nos habla, con su existencia, de una vida sencilla que se recibe como don y se agradece entregándola, porque así se hace eterna en el corazón de lo divino.

En la Iglesia primitiva las decisiones se tomaban "reuniéndose", deliberando y buscando el bien común, tratando de que todas las dimensiones se cumplan: oración/celebración, servicio de la palabra y servicio a los pobres. Se reúnen y no dudan en proponer una organización nueva: innovar no es una falta de fidelidad. La fidelidad exige saber adaptarse a las nuevas circunstancias. Ser fiel no es estar atado al pasado. Ser fiel es tener los ojos y el corazón fijos en el objetivo: en este caso poder proseguir los avances del Reino, que "todos sean uno" para que el mundo crea y no que cada uno, cada grupo, vaya "a lo suyo". No hacer al estilo de aquellos es "defraudar al Espíritu".

Es una llamada urgente a nuestra Iglesia, y a cada uno de nosotros. El papa Francisco lo ha repetido varias veces: hay que alejar de nosotros ese criterio paralizante del "siempre se ha hecho así".

PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN

• «Yo soy el camino, la verdad y la vida». ¿Qué opciones y decisiones has de tomar en tu vida, para que seas coherente con Jesús?
• ¿Cómo estás prologando el proyecto de Jesús a través de tu vida?
• «No se turbe vuestro corazón». ¿Qué te perturba en tu corazón? ¿Cómo permanecer en la fe de Jesús en esos momentos?

ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS

El Señor, Dios de la Vida, fuente de esperanza,

que en Jesús te mostraste a nosotros,

gracias de todo corazón.

Pues siempre nos das luz para conocerle mejor y saber seguirle,

para no perder la calma, y así poder cooperar contigo

y con tantas personas que te buscan por mil caminos de fraternidad y justicia,

que trabajan en la configuración del reino de Dios.

Gracias, Señor,

nuestros corazones necesitaban escuchar las palabras de Jesús,

Que dicen: «No perdáis la calma, creed en Dios y creed también en mí»;

las hemos acogido con gozo en torno a la mesa de la fraternidad.

Aceptar tu amor, tu cercanТa, tu oferta de camino

conmueve nuestras entrañas

y nos hace revivir el deseo de ser piedras vivas en la construcción de una Iglesia

al servicio del Reino,

todo gracias a la acción del Espíritu.

Gracias, Señor.