Un proyecto inclusivo con el que Cáritas colabora y sueña

Lo que comenzó como algo pequeño, nos dicen de la Vicaría II, ha crecido porque “se fue corriendo la voz entre las familias y fuimos sumando más personas en los grupos”. El objetivo principal que se planteó fue “que sea un grupo de amigos y amigas, como cualquier grupo son distintos, diferentes, edad, necesidades empatía, motivación...”.

En definitiva, se trata de apoyar a personas con diferentes capacidades, en un entorno normalizado, entre iguales, fomentando la empatía y el respeto. Y donde se favorece que sean participantes y organizadores a la vez de las actividades. Dichas actividades son variadas, van desde cursos de formación, fiestas y salidas, hasta carreras solidarias, cine, teatro o artes marciales.
 
Luisa, que es la persona encargada de dinamizar el grupo junto con su equipo, nos ha contado que este verano han estado de campamento científico en la Hiruela: “observaron la luna, caminaron con líneas de luz, el sol, experimentos…”
 
Para Luisa, y así lo ha comentado a las familias, “es un placer compartir una semana de vacaciones con vuestros hijos: son increíbles, ingeniosos, divertidos, amables, bondadosos, mágicos, también un poco pillos, además de físicos y científicos”.

Así ha destacado las habilidades y las capacidades del grupo, agradeciendo además la confianza en el equipo y en la parroquia San Joaquín para llevar a cabo “un proyecto con el que Cáritas Madrid colabora y sueña de la mano”.