“Para mí esto no es un recurso, es un hogar, donde hay serenidad”

Ainara Valentina apenas tiene unas semanas de vida. Su madre, Nazaret, de 34 años, es de origen venezolano. Llegó a España hace unos años, estuvo trabajando pero al quedarse embarazada perdió su empleó y también rompió la relación con el padre de su hija. Se vio perdida hasta que fue derivada al Hogar Santa Bárbara, donde fue acogida unos meses antes de dar a luz, con un embarazo de riesgo.

“Para mí esto no es un recurso, es un hogar, donde hay serenidad”, así lo define Nazaret, donde nos dice “tenemos de todo, nos ofrecen una ayuda en todos los sentidos, sobre todo a mí me han apoyado mucho en la parte emocional…”.

Además, la relación con las hermanas del equipo de vida es muy buena. “Son ángeles, son nuestras guías, nos dan apoyo, nos dan respecto, y además nos reímos ellas”. Nazaret dice sentirse muy agradecida de todo lo que ha encontrado, desde la acogida al amor.

Ahora tiene la esperanza de independizarse pronto, para ser completamente autónoma y no depender de ningún recurso. Y le gustaría además poder reunirse con sus otros dos hijos que dejó en Venezuela. Para ella esta maternidad, aunque dura por la situación, está siendo diferente y gratificante, “la estoy viviendo en una etapa más madura, y quiero luchar”.

“Esto no es fácil”. Nazaret dice emocionada que se siente en una montaña rusa emocional. “Lo más difícil ha sido enfrentarme a que no tenía nada y que por eso estoy aquí. Nunca pensé estar en esta situación”. La mayoría de las mujeres tampoco se lo imaginan. En la voz quebrada de Nazaret late un sentimiento de culpa que no le hace justicia.

Ella, como otras madres del hogar, han acertado, se han equivocado, lo han pasado mal y ahora buscan nuevas salidas. Eso es todo. Cómo hacerles saber que no hay culpas. Hay responsabilidades, errores, aciertos y la posibilidad de empezar de nuevo.

¿Qué es Ainara para ti? “Ainara es un amor infinito, es la fuerza con la que me levanto todos los días. Una vitamina”.

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