Papa Francisco en la Vigilia Pascual: "Deja que tu corazón estalle de júbilo en esta noche santa"

El Papa Francisco recordó en su homilía en la Vigilia de este sábado Santo, que la Pascua del Señor nos lleva a nuestro pasado de gracia, nos hace volver a Galilea, allí donde comenzó nuestra historia de amor con Jesús.

Las mujeres visitaron el sepulcro

Las mujeres van al sepulcro a la luz del amanecer, pero dentro de sí llevan la oscuridad de la noche. "Su vista está nublada por las lágrimas del Viernes Santo, se encuentran inmovilizadas por el dolor", nos dice el papa Francisco. Al encontrarse la piedra que está en el sepulcro se preguntan "¿Quién nos correrá la piedra?" (Mc 16,3), pero al llegar se dieron cuenta "que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande" (Mc 16,4).

Nos invita a pararnos en estos dos momentos, ya que nos llevan a la alegría inaudita de la Pascua. 

A veces, dijo Francisco, nosotros sentimos que "una lápida ha sido colocada pesadamente en la entrada de nuestro corazón sofocando la vida, apagando la confianza, encerrándonos en el sepulcro de los miedos y de las amarguras, bloqueando el camino hacia la alegría y la esperanza". Pero cuando sentimos estas desilusiones, nos explicó el papa Francisco, "tenemos la sensación de que muchos sueños están destinados a hacerse añicos y también nosotros nos preguntamos angustiados: ¿quién nos correrá la piedra del sepulcro?". 

Pero aquellas mujeres ven algo extraordinario: "al mirar, vieron que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande".  Explicó que "la Pascua de Cristo", es "la victoria de la vida sobre la muerte, el triunfo de la luz sobre las tinieblas, el renacimiento de la esperanza entre los escombros del fracaso". Por lo tanto, nosotros tenemos que mirar hacia Él, hacia el Dios de lo imposible.

En el segundo momento, miremos a Jesús. Resucitado por el Padre en su carne, abre una página nueva para el ser humano. Francisco nos dice "desde aquel momento, si nos dejamos llevar de la mano por Jesús, ninguna experiencia de fracaso o de dolor, por más que nos hiera, puede tener la última palabra sobre el sentido y el destino de nuestra vida".

Nos pide acoger a Jesús en nuestras vidas, para renovarle hoy nuestro "sí" y ningún obstáculo podrá sofocar nuestro corazón. Tenemos que pedirle que la potencia de su resurrección corra las rocas que nos oprimen.

Para terminar, nos insiste el papa Francisco "deja que tu corazón estalle de júbilo en esta noche santa. Cantemos la resurrección de Jesús juntos".

En la ceremonia, el Obispo de Roma bautizó a ocho personas, procedentes de Corea, Italia, Japón y Albania y también les administró el sacramento de la confirmación.