Los invisibles de nuestra sociedad
Cáritas Madrid 9 de Mayo de 2018Las personas sin hogar en muchos momentos se sienten invisibles en nuestras calles
Las personas sin hogar en muchos momentos se sienten invisibles en nuestras calles
Cáritas Madrid. 9 de mayo de 2018.-
“Por qué perdí mi casa es otra cuestión, y no estoy muy seguro de saber explicarla. Con lo que quiero decir que no sé con exactitud qué sucedió. Todos aquí te dirán lo mismo. De pronto no hay dentro ni fuera, y tienes que sobrevivir solo la hora siguiente y la siguiente y la siguiente. Nadie lo ve venir. Para cada uno llegó de una forma diferente”
John Berger, King
Parte de la labor que desarrollamos en el proyecto de personas sin hogar de Cáritas Madrid, CEDIA, es la de informar y sensibilizar sobre la situación de las personas sin hogar. Intentamos explicar a nuestros oyentes eso que no logra explicar el personaje de la muy recomendable novela King, del novelista recientemente fallecido John Berger: cómo puede uno acabar viviendo en la calle, entre cartones o en una chabola.
También nos centramos en explicar que la responsabilidad de acabar con el sinhogarismo no es sólo responsabilidad de las administraciones públicas, en virtud del mandato que reciben de la Constitución y las leyes. Que tampoco es responsabilidad exclusiva de la sociedad civil organizada en asociaciones y ONG. Ni de la Iglesia, movida por el Evangelio de Jesús (). Intentamos transmitir la idea de que la solución del problema pasa también porque cada persona, con independencia de su edad y demás circunstancias, haga lo que esté en su mano.
Una cosa sencilla que toda persona puede hacer es ver a las personas sin hogar, no ignorar su presencia cuando se las crucen en la puerta del supermercado, en el metro, en la calle.
Hace unos días, el equipo de sensibilización de CEDIA participó en una sesión con alumnos de un centro educativo, invitados por una de las Vicarías de Cáritas. Uno de los muchachos que asistía a la sesión dijo que nunca había visto una persona sin hogar. Lo cual nos recordó algo que resultaba especialmente doloroso a las personas atendidas en CEDIA: la invisibilidad.
Las personas sin hogar se sienten invisibles.
Y no se trata de una frase hecha. Después de esta experiencia con este muchacho, llevamos a la asamblea que semanalmente la siguiente pregunta: “Estando en la situación de calle, ¿cuándo te has sentido invisible?”. Recogemos algunas de las respuestas dadas por las personas participantes:
“Al estar en la parada del autobús, herido, la gente pasaba, miraba, murmuraban y se iban”
“Me he sentido invisible cuando he perdido o se han perdido mis derechos”.
“Cuando estaba en un cajero durmiendo y la gente sacaba dinero y pasaba de mi”.
“Realmente no somos invisibles, somos un estorbo porque realmente nos ven ya que nadie tropieza con nosotros, más bien se apartan si vas mal vestido, poco aseado…”
Estos testimonios nos hacen sentirnos cuestionados, pero al mismo tiempo dan sentido pleno a la acción de tantas personas, de manera individual o por medio de instituciones como Cáritas, trabajan en pro de las personas sin hogar.