La palabra que mueve los corazones, la palabra que resucita, la palabra que trae paz

“A menudo me pregunto por qué no vivimos más alegres”, nos insta nuestro arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo, en la Carta Pastoral. ¿Sabríamos qué responder? Se nos han dado bienes, una ‘Casa Común’, amigos, familia, seres cercanos, naturaleza, vida y Amor, y sin embargo, ¿por qué no es suficiente?

En esta Carta se recuerdan las palabras de Jesús, “Paz a vosotros”. Quizás es lo que necesitamos: la paz en nuestros corazones y en la Tierra, la paz que va de la mano del amor al prójimo. El cardenal nos dice que “escuchar esa palabra de paz y proclamarla es hoy más necesario que nunca”.

Y esa paz, nos dice, no surge sola, sino que “se pide, se trabaja, se pelea, se conquista con el perdón, y luego hay que cuidarla, porque es extremadamente frágil”.

Para ello, nos interpela a no estar callados, sino a evangelizar con palabras y obras de amor. Eso implica “que tenemos que denunciar lo injusto, defender lo humano, ser eco firme de la voz de Dios que sigue clamando por el bien de su creación y por la búsqueda de caminos para la reconciliación y la paz”.

El cardenal felicita la Pascua de Resurrección y nos deja unas pautas para sembrar paz en uno mismo y en los demás:

• Revisar en nuestros grupos y comunidades los lugares donde se necesita el eco de la voz del Resucitado. Ponerles nombre.
• Acordar juntos cómo cada comunidad puede, en esta Pascua, ser el eco de la Paz del Resucitado de forma concreta.
• A través de las homilías, las catequesis y en la formación, buscar maneras de ahondar en el significado de nuestro bautismo y en la vocación que hemos recibido como testigos de la Resurrección.
• Intentar conocer la fecha del bautismo de cada miembro de la comunidad y proponer formas de celebrarlo en cada aniversario, bien en la familia o en la parroquia.

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