La montaña un lugar de encuentro

Cáritas Madrid 21 de Julio de 2015

El Grupo senderista "Al Monte" formado por personas de la Casa de Acogida "San Agustín y Santa Mónica" de Cáritas Madrid se van un fin de semana a la Sierra de Gredos y nos cuentan su aventura.

El Grupo senderista "Al Monte" formado por personas de la Casa de Acogida "San Agustín y Santa Mónica" de Cáritas Madrid se van un fin de semana a la Sierra de Gredos y nos cuentan su aventura.

 

Cáritas Madrid. 21 de julio de 2015.- El Grupo senderista "Al Monte" está formado por personas partícipes del Proyecto de la Casa de Acogida "San Agustín y Santa Mónica" de Cáritas Madrid.


El primer fin de semana de julio, 12 miembros del Grupo hicimos nuestra primera acampada, y que mejor destino que el entorno de Gredos, un circo de origen glaciar situado en la parte central de la Sierra de Gredos.


La excursión estaba preparada con el objetivo de crear un lugar de convivencia ajeno a la rutina diaria, contando con la opinión de todos, en el respeto a las distintas creencias, pensamientos y planteamientos ante la vida de quienes nos concitamos en la aventura. Todo ello, con sentido de responsabilidad y compromiso.


Quedamos muy temprano en la Casa y de ahí salimos todos juntos, repartidos en varios coches. Lo que nadie imaginaba es que apenas en los túneles de la M-30, uno de los coches dijera que no a la aventura y decidiera averiarse. El contratiempo retrasó nuestros planes, pero nos permitió aportar ideas y soluciones para salir del atolladero, retrasando la expedición.


De vuelta a la superficie de Madrid, continuamos el viaje hacia la Plataforma de Gredos, cerca de Hoyos del Espino. Desde allí iniciamos nuestra ruta apretando el paso para recuperar el tiempo perdido y estar en el Refugio Elola antes de las siete y media de la tarde.


Al salir de la plataforma de Gredos, atravesamos parte de la secular calzada romana y recorrimos el río/prado de las pozas hasta llegar al mirador. Allí contemplamos unas maravillosas vistas, divisando la silueta inconfundible del Pico Almanzor. Desde ese enclave privilegiado, acompañados de unas invitadas de excepción, unas bonitas y simpáticas cabras del lugar, aprovechamos para descansar y hacer fotos.


Tras el breve parón dedicado al descanso y la contemplación, finalmente conseguimos nuestro objetivo, llegando a tiempo al refugio para cenar. Una vez recobradas las fuerzas fuimos a buscar un lugar para hacer vivac y dormir al raso. La noche tuvo un simbolismo especial, ya que tuvimos que buscar una roca “blandita y plana", cerca unos de otros, rodeados de las cabras, las estrellas y constelaciones, buscando la formación rocosa "el perro que fuma" y disfrutando de una magnífica luna llena. En este marco lleno de encanto compartimos nuestras experiencias del día.


Al día siguiente después de un desayuno vigorizador, iniciamos el camino de regreso con mucho ánimo. Habíamos vencido las dificultades que se presentaron el día anterior, así que confiábamos terminar con éxito nuestra andadura.


Pudiera parecer que una acampada es actividad deportiva o lúdica sin trascendencia, “la nuestra” sin embargo, nos sirvió para conocernos un poco más, compartir vivencias y risas, tener un contacto directo con la naturaleza (con baño en la poza incluido) y respetar el medio ambiente y los animales. Lo más importante de todo, sin duda, fue crecer como personas, valorando lo positivo de cada uno, ayudando a los demás y superando nuestras debilidades.


La experiencia es muy recomendable, por lo que os animamos a conocer más el Proyecto. MERECE LA PENA.


 

                                             AMAYA

 

(voluntaria de Casa de Acogida “San Agustín y Santa Mónica” )


Casa de Acogida San Agustín y Santa Mónica

Es un recurso residencial 24h destinado a personas en situación de exclusión que necesitan un apoyo residencial tutelado para recuperarse y realizar parte de su itinerario de reinserción social.


Una Comunidad de religiosas de la Congregación Amistad Misionera Cristo Obrero (AMICO) colabora en el proyecto. Desde la década de los 90, la Orden de San Agustín apoya muy especialmente su realización.

 

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