La grandeza de la sencillez: “Profesional, cercana, firme, con capacidad de escucha, cariñosa y con tacto”

En la Vicaría III acabamos de despedir a Carmen, nuestra subdirectora durante más de siete años, con un encuentro en el que hemos participado trabajadores y personas voluntarias de los diferentes proyectos de la Vicaría, acompañados por nuestro vicario y por algunos de los sacerdotes que han tenido mayor contacto con ella.

Muchos otros no han podido asistir al encuentro por diferentes motivos, pero sí que le han mostrado su cariño a lo largo de los últimos días.

Porque Carmen se ha hecho querer por su forma de ser a lo largo de estos años que no han sido nada fáciles, pandemia COVID de por medio, y con múltiples cambios en los proyectos propios de la Vicaría.

Como ha dicho Pablo nuestro director, no solo ha sido una magnífica profesional en todo momento, además ha sido siempre una persona cercana y sencilla, firme en el mando, pero con una capacidad de escucha y un tacto para abordar los problemas que han generado cariño y creado equipo.

Y ese cariño se ha demostrado en las intervenciones de varios de los asistentes, que han destacado las diferentes facetas de su personalidad y han conseguido emocionarla.

Todos los que la conocemos sabemos que el cambio a responsable del Residencial Sínodo 2005, es una nueva etapa de su carrera profesional en Cáritas Madrid que desarrollará tan eficazmente como ha realizado su labor en la Vicaría III y en los puestos que ha desempeñado con anterioridad, pero no podemos evitar un cierto sentimiento de tristeza por el distanciamiento que las obligaciones de su nuevo puesto impondrán inevitablemente.

Pero ya sabes, Carmen, que no te vas a separar totalmente de nosotros, primero porque seguirás en nuestros corazones, y después porque te vamos a seguir contando nuestra vida como Vicaría, para que cuando tengas un hueco puedas acompañarnos aunque sea mentalmente.