Hablar a los jóvenes de inclusión, solidaridad y personas refugiadas, ‘no tiene color’

Así nos cuenta la experiencia Miguel Ángel, uno de los voluntarios del equipo:

Esto es nuevo para mí, aunque la vecindad no me era ajena: el Instituto Príncipe Felipe de la Vaguada, de grato recuerdo. El colegio está pared con pared con sus hermanos mayores de Instituto, incluso los vemos por la ventana. Nos convoca Lidia, profesora de Religión, un encanto de persona y con muchísimo trabajo. Hemos dividido la visita en dos sesiones.
 

A la primera, acudimos Juana, José Ignacio y yo, Miguel Ángel. No ha tocado el Abecedario Solidario que yo no conocía. Es fabulosa, los críos de 3º se enganchan con las palabras mágicas que ayudan e inventan otras nuevas que se nos habían olvidado.
 

En la última sesión, más complicado, el tema ha sido sobre personas refugiadas para 6º. Ya sabéis, personas que huyen de guerras y desastres naturales, campos de refugiados..., en fin, duro. Además, vinieron también los chavales de Valores con Paloma, la directora, que por cierto es muy maja. Algunos son musulmanes, pero con ellos pudimos ver que las cosas buenas que cuenta el papa Francisco, sobre cómo tratar a los refugiados, van más allá de credos y religiones.
 

El segundo día de visita acudimos Juana y yo. Somos pocos y la mies es mucha. Nada menos que cuatro sesiones: dos de ellas sobre personas refugiadas, con 5º y 6º; otra con el Abecedario Solidario a 3º, con lo que nunca dejan de aprender; y la última con Vidas que cambian otras Vidas, con los de 4º, un éxito asegurado para aprender a ayudar y a observar a nuestro alrededor.
 

En conclusión, un colegio sorprendente, donde el entusiasmo de los jóvenes no es ajeno al trabajo de su profesorado. Termino, no sea que me pase de longitud y me corten el artículo.