Un ‘manantial’ de saberes, experiencias, resiliencia, fuerza y generosidad entre mujeres

Cada jueves se reúnen unas doce mujeres inmigrantes, vitales y dinámicas. Lo hacen a través de “Manantial de las mujeres”, un espacio donde, como un manantial de agua limpia, se refresca la vida, se ofrece salud y se dan ánimos para el camino que cada mujer tiene que recorrer, no siempre fácil.

Cáritas Vicaría V posibilita este espacio de encuentro en el Arciprestazgo de Embajadores, y hace un acompañamiento integral del grupo.  Cáritas Madrid está presente: trabajando en red, posibilitando formación, diálogo, salidas de ocio, orientación laboral o de extranjería. 

Helena, Claudia, Adelina Antonia Felicia, Daysse… Cada una de ellas tiene la capacidad de acoger la vida, a veces difícil, pero siempre en búsqueda de nuevas oportunidades. Nos dicen que este grupo es su lugar de “contención”, donde sentirse arropadas y poder compartir, donde poder llorar y también fortalecerse. 

Cada mujer tiene su historia y sus sueños, algunas nunca se plantearon dejar sus países, pero la vida, como un manantial, fluye y va cambiando todo a su paso. Hoy están aquí trabajando, buscando trabajo, vivienda, gestionando sus papeles y son resilientes, les gusta sentirse acompañadas y valoradas. Si miramos desde fuera puede parecer que es un grupo para “perder el tiempo” pero quizá como ellas nos dicen sería positivo aprender a perderlo y no llenar todo con “cosas útiles” porque ¿qué es lo útil? 

En el grupo se genera un intercambio de saberes y experiencias, de hecho, dos de las mujeres de este grupo son voluntarias en el Aula de cultura y en el proyecto de mayores de la parroquia de Delicias Vicaría V.  “Yo soy monitora de salud, belleza y Bienestar”, nos explica Daysse; y Adelina es monitora de bailes latinos.

Este es un manantial de nombres e historias, manantial de resiliencia y de generosidad, de fuerza y capacidad para moverse y apoyar a otras compañeras que también lo necesitan. “Es emotivo escucharlas hablar de sus problemas, sus esperanzas”, nos dicen desde la Vicaría.