Una respuesta innovadora al sinhogarismo juvenil

En España, 6.000 jóvenes de entre 18 y 29 años vive en situación de sinhogarismo. Una cifra que supone más del 20% de la población en riesgo de exclusión socioresidencial.

Ante esta realidad, la Federación de Asociaciones y Centros de Ayuda a Marginados (FACIAM), de la que formamos parte Cáritas Diocesana de Madrid, ha impulsado Futuro&Co., un proyecto con el que se pretende dar una respuesta innovadora a la situación de estos jóvenes que, a pesar de ser una tendencia cada vez mayor, sigue siendo desconocida por gran parte de la población en España.

El programa, en el que participan 11 entidades, tiene como objetivo que estos/as jóvenes lleguen a ser personas autónomas y a vivir una vida plena fuera de los recursos institucionales.

Un enfoque innovador

La realidad del sinhogarismo es un fenómeno que surge de la combinación de varios factores. Por esta razón, el proyecto se enfoca en el acceso a la vivienda, pero no de mamera exclusiva. Futuro&Co. también aborda como ejes de trabajo la formación y el empleo, el cuidado de la salud y la inclusión en la comunidad, entre otros.

Con este motivo, la Red Europea de Innovación por la Inclusión impulsada por Acción contra el Hambre, ha seleccionado a Futuro&Co. como ‘best practice’ en materia de empleo inclusivo por su gran impacto y por su aporte innovador al reto de erradicar el sinhogarismo juvenil en España.  

Por su parte, Blanca Hernández, coordinadora del proyecto explicó que desde las entidades están muy satisfechos con el reconocimiento, sobre todo porque ponga en valor un proyecto para jóvenes se ven abocados a realidades próximas a la exclusión: “Nosotros queremos que cuando un chico o una chica se vea en una situación de sinhogarismo, y acceda a un recurso residencial temporal, esto sirva igualmente para provocar el autoconocimiento de los jóvenes, el descubrimiento de sus talentos, el liderazgo en la toma de decisiones sobre su vida, en definitiva una serie de aspectos que refuerzan la identidad personal y la confianza en sí mismos,  y todo ello son factores clave para garantizar su inclusión”