Eucaristía del Envío, el 10 de mayo

«La Iglesia vive de la Eucaristía». Este sacramento es la fuente y el culmen de la caridad. Desde hace bastantes años, en el tiempo de Pascua, festejando la Vida del Señor Resucitado, celebramos la Eucaristía del Envío. En ella, presidida por nuestro arzobispo, se envía a todas las personas agentes de la Caridad cristiana a la misión más sublime: construir fraternidad, especialmente entre quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad y exclusión social.

Con tal motivo, os invitamos a participar en esta Eucaristía el miércoles 10 de mayo, a las 19:00 horas, en la Catedral Ntra. Sra. de la Almudena. A modo de pórtico del Corpus Christi, Día de la Caridad, viviremos y experimentaremos la profunda e inseparable unidad entre la fe y la vida, y celebraremos el vínculo indisoluble entre la Eucaristía y la caridad cristiana. Por supuesto puedes hacer extensiva esta invitación a quienes te parezca oportuno.

En la carta pastoral del cardenal Osoro “A la misión: retornar a la alegría del Evangelio”, éramos convocados a evangelizar con nuestras palabras y acciones y a acoger como el padre misericordioso sin “dejar a nadie de lado y teniendo que acercase a todos”. En estos momentos, la incertidumbre, las crisis, las guerras y los conflictos, con miles de personas y familias obligadas a abandonar su país en busca de un futuro mejor, marcan el día a día de Cáritas Diocesana de Madrid. Muchas veces nos sentimos impotentes y desbordados en nuestras parroquias y proyectos, pero queremos acudir con confianza a Jesús Eucaristía para seguir siendo, con todas las comunidades cristianas, un foco de luz y esperanza para nuestra gente.

Damos gracias a Dios por la generosa labor de acogida y acompañamiento que estáis realizando en favor de tantas personas. Sabemos bien que no sois ajenos al dolor y al sufrimiento de tantas hermanas y hermanos y que estáis entregando lo mejor de cada cual. Por eso, queremos celebrar con gozo pascual que esto no es “cosa nuestra”: somos enviados por el Señor, como apóstoles de la Caridad, al servicio de las personas más necesitadas. Para confirmarnos en esa misión queremos recibir el aliento y la bendición de nuestro arzobispo.