Llevamos el empleo y riadas de solidaridad al Barrio del Pilar

El Equipo de Sensibilización de Centros Educativos de Cáritas Vicaría VIII ha visitado el IES Príncipe Felipe, donde se han impartido 13 sesiones y han participado 200 alumnos y alumnas de ESO y Bachillerato.

En concreto han abordado el tema del empleo y las empresas de inserción, para que los jóvenes conozcan, por un lado, los recursos de asesoramiento o formación que se ofrece a las personas en exclusión para que encuentren empleo; y por otro lado, las empresas donde aprende a trabajar, trabajando. En todo este proceso han insistido en que “la educación es clave a lo largo de la vida”.

También se han abordado las nuevas profesiones y las nuevas formas de formarse, adaptando los cursos a las necesidades del mercado. En este sentido el Campus Cáritas Madrid es un ejemplo de un espacio para jóvenes, donde recuperan la ilusión por su futuro. Ahí se promueve una formación integral, donde promover las relaciones interpersonales y facilitar la vocación hacia profesiones emergentes como innovación digital, diseño de videojuegos, robótica…

Por otro lado, se les ha informado a alumnado sobre la solidaridad despertada durante la DANA de Valencia, y es que “de la tragedia surge la bondad del ser humano y riadas de solidaridad, ya que el amor y el trabajo en equipo todo lo pueden” Desde Cáritas Madrid muchas personas se han solidarizado con donaciones que ha ido directamente a Cáritas Valencia destinadas a compara productos de primera necesidad o a contratar a equipos de psicólogos o de atención jurídica para atender a las familias. 

Se ha mostrado el testimonio de varios sacerdotes que animaban a “escuchar, dejar que lloren en el hombro, y también salir de la tragedia, poner alegría, dar esperanza… “dar de comer al hambriento, consolar al triste”.

Y otro testimonio muy especial, del otro lado del aula, del de los alumnos que han atendidos. Ha sido Eloy, un joven de 2º de Bachillerato, testigo en primera persona de la solidaridad. Él ha hablado sobre su experiencia en Silla, Catarroja y Paiporta un fin de semana, junto a un amigo, donde colaboraron en un almacén de alimentos; incluso ha enseñado las cicatrices en las manos que aún tiene de las heridas que le dejaron las palas con las que quitaban barro, “una experiencia que perdurará en mí”.

El equipo se ha mostrado muy satisfecho de esta experiencia porque se vislumbra la esperanza en la juventud, comprometida sensible a los problemas de su entorno, han dialogado y preguntado sobre formas de colaborar. “Nos reciben siempre con mucho cariño, y agradecemos la implicación de Hilario, el profesor de Religión, que nos llama cada año y nos facilita todo, porque ‘Juntos abrimos caminos de esperanza’”.