"Él ha venido a llevar la Ley a su plenitud". Sexto Domingo del Tiempo Ordinario

A lo largo de nuestra vida son muchas las veces que debemos elegir. Unas veces son elecciones en las que todas las opciones están al mismo nivel: todas son buenas, o todas negativas. Otras veces la elección es a costa de renuncias, o de apuestas... Nuestra vida es un continuo optar. Y lo mismo pasa en el terreno religioso. Tenemos la libertad de elegir, pero dependerá de la decisión que tomemos para acercarnos más o menos a los planes de Dios. Descubrir los planes de Dios nos exigen, además, esfuerzo en la búsqueda. No es fácil para ser el ser humano sintonizar con los planes de Dios. Jesús es el hombre libre que haciendo visible su autoridad supera todo legalismo e incluso va más allá de las enseñanzas de los profetas. Jesús nos da una clave muy potente para acercarnos a los planes de Dios, para superar todo legalismo y para superar muchos de nuestros razonamientos utilitaristas: el amor. El que ama cumple la ley entera, obedece a los profetas y se acerca a Dios.

Como todos los domingos, hemos sido convocados para fortalecer nuestra fe. Hoy Jesús nos invitará a cumplir la ley y, a la vez, su misma persona será el ejemplo de cómo darle pleno cumplimiento. El amor y la misericordia son las claves de dicho cumplimiento. Nosotros estamos llamados a actuar desde la libertad responsable. Debemos conocer mejor el mensaje de Jesús. Es el esfuerzo que nos pide san Pablo.

En el día de hoy, también Manos Unidas nos invita a elegir entre nuestra comodidad o prestar atención a quienes sufren hambre. El lema de este año es "Frenar la desigualdad está en tus manos" La desigualdad se ha convertido en la mayor amenaza y el mayor desafío a nivel mundial. Para muchas personas, pensar en desigualdad y en hambre es pensar en un reto imposible, un problema sin solución ante el que no se puede hacer nada.