Divertirse, una realidad que nos acerca al sueño de la inclusión

Un parque de atracciones puede ser, para algunas personas, un lugar de recreo habitual; para otras, puede ser ese lugar de ocio con el que soñaron con ir cuando eran niños, y aún lo sueñan, porque en sus países de origen no había o porque sus familias no se lo podía permitir.

Por un día, hemos cumplido sus sueños. Desde el proyecto “Nuestra Señora de Valvanera” se ha atendido esta demanda de las personas que acuden al centro, y su deseo se ha hecho realidad. Se han ido al parque de atracciones. 

"Muchas de las personas a las que acompañamos llevan pidiendo hacer una escapada al parque de atracciones desde hace tiempo y qué mejor forma de empezar el verano”. Así han respondido. Hablamos de personas participantes del proyecto, o residentes, que tienen problemas de salud mental y están sin hogar. Sus necesidades son muchas, y no siempre desde Cáritas Madrid se puede responder a todas al mismo tiempo; esta necesidad, la de divertirse, salir, estar con otros, sumar experiencias divertidas, sí.

Experimentar actividades emocionantes tiene beneficios psicológicos, como la reducción del estrés, el aumento de la felicidad y el fortalecimiento de los lazos sociales. Estas experiencias pueden proporcionar una sensación de logro, aumentar la autoestima, el control de la conducta y generar recuerdos positivos que contribuyan a un bienestar general.

Es también una forma divertida y efectiva de gestionar las emociones. Montar en las atracciones ayuda a liberar el estrés acumulado, proporciona sensación de liberación emocional y, en el caso de las personas a la que atendemos, crea nuevos momentos y recuerdos.

Sin embargo, nos dicen desde “Valvanera”, “es importante tener en cuenta que cada persona puede tener una reacción diferente a estas experiencias, hay que respetar sus límites personales y elegir atracciones que se adapten a su comodidad emocional; esto lo han sabido gestionar de manera individual perfectamente".

No se trata solo de atender una demanda, sino de que les reporte un beneficio psicológico y emocional, además de mejorar sus habilidades y autoestima y establecer lazos. Una realidad que nos acerca al sueño de la inclusión.