Carta del director: Estar, ser y sentir Cáritas Madrid

16 de Abril de 2024

 Por Luis Hernández Vozmediano

Estar, ser y sentir Cáritas Madrid nos permite tener una visión privilegiada de lo que pasa a nuestro alrededor, nos hace testigos de la luz del Resucitado que habita en nuestras calles. Nos es fácil reconocerlo en nuestra diócesis en la fe de quienes acompañan a las familias más vulnerables, y también en las necesidades y esperanzas de esas familias a las que acompañamos. Pero se trata de mucho más que de estar, se trata de poner oídos, corazón y manos.

Poniendo oídos, conocemos una de las principales necesidades que late en nuestra sociedad año tras año: la de alcanzar que todas las personas tengan un empleo digno, que no es un trabajo cualquiera, sino uno que les permita hacer frente a los gastos y vivir dignamente de forma autónoma. Este mes llevamos a cabo la campaña por el empleo recordando las palabras del papa Francisco, que nos recuerda que un trabajo debe “expresar y aumentar la dignidad de la propia vida”.

Aunque los últimos datos indican un ligero repunte en el empleo, la realidad es que en nuestra región sigue habiendo más de 150 mil personas que no tienen trabajo. A estas habría que sumar las tantas otras que, aun teniendo trabajo, no llegan a fin de mes y acuden a pedir ayuda a las entidades sociales.

La respuesta de nuestro Servicio Diocesano de Empleo es asesorar, formar, acompañar y poner en contacto a empresas y a personas para favorecer su inclusión en el mercado laboral. Atienden al año a miles de familias, pero sigue siendo necesaria la colaboración de todos los agentes implicados, desde las empresas hasta las administraciones para alcanzar la meta de un empleo digno para todos.

Ser testigos de la realidad implica también mirar lejos. Miramos, por ejemplo, a las familias que cruzan el mar en busca de una oportunidad y que, al llegar, se topan con un muro, una realidad muy diferente a la esperada: la del rechazo, el “cierre de puertas” y la indiferencia. Miramos más lejos todavía. Vemos las guerras dentro y fuera de Europa, injustas e innecesarias, que tanto dolor generan a la vez que nos deshumanizan. Y, si miramos más alto, vemos un planeta que sufre, que clama del cuidado urgente de nuestra ‘Casa Común’.

Ponemos entonces oídos y, además, corazón. Para sentir el dolor ajeno como propio, para entender, para abrazar la fraternidad y ser generosos en la entrega de nuestro amor al estilo de Jesús. Él es el modelo para todos los agentes de Cáritas Madrid. Reflejo del Amor fraterno.

Y ponemos también manos. Porque ser testigos va más allá de ser un mero espectador, es un ejercicio de corresponsabilidad que nos llama a implicarnos, a no quedarnos indiferentes ante la injusticia y la desigualdad. En Cáritas queremos acoger el mandato del Señor, el actuar desde el Amor y el cuidado: a uno mismo; al otro, desde sus propias capacidades; y a los demás, trabajando por el bien común que alcanza a todos, principalmente a los más desfavorecidos, bastante diferente del interés general que solo es para algunos.

Si algo nos trae una vez más la Resurrección de Jesús, es la Esperanza, que es posible, pese a las vicisitudes, levantar el vuelo, renovar la creencia en la Humanidad. Se trata de fraternidad y cuidado, de “amarnos los unos a los otros como yo os he amado”. Parafraseando la Campaña por el Empleo, pongámonos en ‘modo ON’ o ‘modo acción’. Seamos testigos y parte, sintámonos llamados.

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Compromiso Solidario abril 2024
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