Vivir, rodearse de amor y naturaleza, apurar los rayos de sol del verano

Apurando los últimos días del verano, para retomar el curso que comienza con la sensación de haber pasado unos días felices, un tiempo de paz y descanso. “Porque los que formamos parte del proyecto CTA necesitamos perder de vista unos días a nuestro querido, y a veces caluroso, Madrid”.

Así lo han hecho desde el Centro de Tratamiento de Adicciones (CTA). Las personas que asisten al proyecto junto a personas de los equipos de Cáritas Madrid y voluntarias han pasado, como ellos mismo dicen, “unas mini vacaciones” en Cercedilla.

En este acogedor pueblo de la sierra Cáritas tiene una casa espaciosa, recién rehabilitada, donde se comparten convivencias, experiencias y, por qué no, risas y confidencias.

Durante la estancia han tenido tiempo de realizar rutas de senderismo por Las Dehesas,  de disfrutar de las piscinas naturales Las Berceas y también de un escenario que les ha sacado de las rutinas para apreciar esos pequeños milagros de la naturaleza.

La sierra, la naturaleza, ‘el buen amor, la buena compañía, las mañanas de regreso’. Todo invita a conectar más con uno mismo y a cuidarnos en todos los sentidos, que es precisamente uno de los objetivos que se trabaja en el CTA: el que las personas se cuiden y se quieran para recuperar hábitos saludables que les devuelvan a la vida, a las relaciones con los amigos, al hogar, a las aficiones o a un trabajo que les motive. Vivir, en definitiva, y rodearse de amor.

También en lo relacional y afectivo ha sido una experiencia, porque como nos dicen, “hemos puesto a prueba, no solo la convivencia, sino el trabajo colaborativo, la escucha y la paciencia a la hora de compartir”. Y además es una oportunidad de disfrutar de espacios recreativos “a los que muchas de las personas que acompañamos desde el Centro, por su situación, le son difícil de acceder”.

Esta ha sido una experiencia de relajación y normalidad, una manera de fortalecer las relaciones interpersonales, de recuperar la autoestima y la confianza en uno mismo y en los demás. Experiencias que llenan días, que exprimen los últimos rayos de sol del verano.