La educación es más que un juego, es aprender a través del corazón y la diversión

Dentro de las actividades que se organizan los viernes por la tarde en el Centro Abierto para menores de Cáritas Vicaría VI, se han organizado diferentes actividades lúdicas y educativas en las últimas semanas.

Una de ellas ha sido la salida a la Exposición Inmersiva sobre Tutankamón en el Matadero de Madrid.  Esta ha sido “una visita muy interesante” que les ha permitido conocer las costumbres de la civilización de los antiguos egipcios mediante técnicas de realidad aumentada en una gran sala inmersiva; y también se han puesto unas gafas de realidad virtual para sentirse como antiguos egipcios.

Otra de las actividades organizada ha sido para abordar la prevención de adicciones al juego, una problemática que cada día se extiende entre los jóvenes. Para ello se ha contado con Rocío, una de los técnicos de prevención de "La Contrapartida" del CAD de Latina; "La Contrapartida" es un programa de prevención del Trastorno por Juego de Azar y apuestas deportivas en jóvenes y adolescentes.

Para ello han organizado un Escape Room en el que los jóvenes han tenido que superar diferentes pruebas sobre adicciones, apuestas y juegos de azar. Uno de los lemas que se ha trabajado ha sido “Apostar no es un juego”.  Con este y otros lemas que permitían avanzar en las pruebas se ha invitado a reflexionar a los menores de una manera interactiva y siendo ellos los protagonistas. La actividad a concluido ofreciéndoles información donde consultar alguna duda o problemática que se les presente. “Todos superaron el juego”, nos dicen desde la Vicaría. “Esperemos que este sea un ensayo para que también en la vida real, si se les presenta una situación de este tipo, lo superen con la ayuda e información necesaria”.

Estos momentos, nos dicen desde la Vicaría, “son de disfrutar, de aprender y de compartir en grupo”. La idea es, por un lado, que los jóvenes encuentren a través de actividades culturales o formativas una forma de conocimiento y de enriquecerse a nivel personal para que tengan herramientas que les permitan enfrentar la vida adulta; y por otro lado, el hacer acciones en grupo hace que se fortalezcan lazos afectivos y de comunicación que les ayuda a crecer como personas.