Vaciar el armario antes de Reyes

Miro el armario, y está lleno. Tal vez no me haría falta comprar más, pero se acerca la temporada de mayor gasto del año, y las luces y los anuncios me van a perseguir, seguro. Desde el último viernes de noviembre (Black Friday versus Green Friday) hasta las rebajas de enero, cada persona en España gastará de media casi 1000 euros.

Podría vaciar un poco el armario donando a Cáritas Madrid o a un mercadillo de los que abundan en estas fechas. Pero también podría usar otras alternativas abiertas durante todo el año, alguna no muy conocida, como la que lleva funcionando desde hace casi diez años en los puntos limpios del Ayuntamiento de Madrid para intercambiar enseres: remad.es. Allí puedo dejar el correpasillos o la sillita de la peque de la casa, y llevarme un parchís porque está aprendiendo a contar. Te regalan  puntos cuando te inscribes y cada vez que dejas algo, y te restan cuando te llevas. La ventaja es que no hace falta gastar dinero. En resumen, el trueque de toda la vida, pero inscribiéndote en la web para poder canjear puntos; aunque si solo quiero vaciar un poco el armario, no hace falta que me lleve nada a cambio.

Tal vez podría aprovechar mejor el dinero si compro en una tienda de segunda mano como las de Moda re-. Es verdad que no llegamos a las 10000 tiendas del Reino Unido, pues en España ni rozamos las 800, pero año a año vamos mejorando. Hay tiendas de textil de segunda oportunidad en todas las provincias, y una tienda sobre ruedas que recorre veinte mil kilómetros por los pueblos de la España vaciada. Mucho más que ropa y complementos, Moda re- ofrece empleo a las personas en inserción y esperanza al planeta.

Además de donar, intercambiar y comprar de segunda mano, podría aprovechar que tengo móvil para evitar el despilfarro de los días que se nos echan encima. No solo a través de la conocida aplicación «Good to go» para evitar el desperdicio alimentario, también con iniciativas como la de este grupo de wasap «Home 100x100» (teléfono 607 21 51 43) que han montado unas voluntarias para hacer una especie de mercadillo solidario; ahí hay objetos que no merecen ser tirados, a los que dar también una segunda oportunidad y evitar residuos innecesarios y con valor solidario.

Aunque no voy a conseguir vaciar mi armario de una sola vez, sí que puedo aprovechar este Adviento para darle una vuelta a lo de compartir, y repartir algo de lo que iba a gastar. Podemos recordar lo que dice de la limosna el papa León XIV en Dilexi te: «Lo que das al pobre no es tuyo, es suyo. Porque te has apropiado de lo que fue dado para uso común… La limosna es justicia restauradora, no un gesto paternalista» (DT, 43).

En estas fiestas navideñas que invitan a celebrar y a regalar, puedo seguir llenando mi armario de otras cosas, más sostenibles, más respetuosas con las personas y con el resto de las criaturas, y con un valor social. Puedo seguir gastando tiempo, en lugar de dinero, que tanta falta hace, para llenar ‘esas estanterías’ que suelen estar vacías, las de la conciencia de respeto, comunidad y cuidado.