Un espacio nocturno, cálido y protegido para mujeres sin hogar: así es CEDIA Mujer, visitado por el delegado de Cáritas diocesana de Madrid

Pilar Algarate pilar.algarate@caritasmadrid.org 24 de Junio de 2025

Javier Ojeda conoce de cerca este recurso de emergencia, pensado exclusivamente para mujeres en situación de sinhogarismo, donde se ofrece pernocta, acompañamiento y un espacio de cuidado en un ambiente protegido y cálido.

“Lo primero que hacen cuando llegan es ducharse y ponerse cómodas, como cualquiera al volver a casa”. Así describe el equipo de Cáritas diocesana de Madrid la llegada de las mujeres al recurso CEDIA Mujer, que este mes ha recibido la visita de Javier Ojeda, delegado episcopal de Cáritas diocesana de Madrid, y Carmen Polo, directora adjunta. Se trata de un proyecto específico, creado ante el aumento de mujeres en situación de sin hogarismo en 2019, que ofrece acogida nocturna, atención social y un entorno pensado para proteger su intimidad y bienestar.

CEDIA Mujer es un centro de emergencia no residencial, que abre por las noches, todos los días del año, y ofrece 20 plazas. Las mujeres acceden a él tras una primera valoración en CEDIA 24 horas, otro de los recursos de Cáritas Madrid. Muchas de ellas se encuentran en una situación límite, y agradecen profundamente disponer de un espacio solo para ellas, en el que puedan descansar, cenar, ducharse y sentirse acompañadas.

El centro cuenta con tres habitaciones, un salón comedor, un baño espacioso y detalles como champú, crema hidratante o secador de pelo. “Cosas que para una mujer son muy importantes para potenciar su bienestar y su autoestima”, explica Juanjo, responsable del proyecto. “Todo está pensado para crear un ambiente familiar y más protegido para ellas”.

La estancia es temporal y adaptada a cada situación. Algunas mujeres pasan solo dos o tres noches, hasta encontrar una solución o recibir apoyo de otras redes; otras necesitan más tiempo. “Cada caso lo valoramos de manera individual”, señalan desde el equipo.

“Ellas nos cuentan que están fenomenal y agradecen mucho que alguien haya pensado en ellas. Les cambia la cara cuando llegan, y este pequeño empujoncito les hace sacar una sonrisa” nos cuenta una voluntaria. 

Durante la visita, Javier Ojeda ha agradecido al equipo su compromiso con una labor tan delicada como urgente. “Este recurso no es solo un refugio nocturno, es una apuesta concreta por devolver dignidad y esperanza a mujeres que han quedado al margen. Aquí se hace presente la Iglesia que acompaña, que escucha y que protege”, ha afirmado.

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