«Anda, tu fe te ha salvado» Mc 10, 46-52

Pilar Algarate 27 de Octubre de 2024

Lecturas del Domingo XXX del Tiempo Ordinario: Primera lectura: Jeremías 31, 7-9; Segunda lectura: Heb 5, 1-6; Evangelio: Mc 10, 46-52

Lectura del Evangelio según san Marcos 10, 46-52

Y llegan a Jericó. Y al salir él con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama». Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le contestó: «Rabbuní, que recobre la vista». Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha salvado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Palabras del papa Francisco

La fe de Bartimeo se refleja en su oración. No es una oración tímida y convencional. Ante todo, llama al Señor “Hijo de David”, o sea, lo reconoce Mesías, Rey que viene al mundo. Después lo llama por su nombre, con confianza: “Jesús”. No tiene miedo de Él, no se distancia. Y así, desde el corazón, grita al Dios amigo todo su drama: “Ten compasión de mí”. ¡Solo esa oración “ten compasión de mí!”. No le pide una moneda como hace con los viandantes. No. A Aquel que todo lo puede, le pide todo. A la gente le pide unos centavos, a Jesús que tiene poder para realizar todo, le pide todo. “Ten compasión de mí, ten compasión de todo lo que soy”. No pide una gracia, sino que se presenta a sí mismo: pide misericordia para su persona, para su vida. No es una petición insignificante, pero es muy bella, porque invoca piedad, o sea, compasión, la misericordia de Dios, su ternura. (…) Pidamos todo a Aquel que puede darnos todo, como hizo Bartimeo, que es un gran maestro, un gran maestro de oración. Que Bartimeo nos sirva como ejemplo con su fe concreta, insistente y valiente. Y que Nuestra Señora, Virgen orante, nos enseñe a dirigirnos a Dios con todo el corazón, con la confianza de que Él escucha atentamente toda oración.  (Ángelus, 24 de octubre de 2021)

Para la reflexión

- ¿Qué obstáculos enfrentó Bartimeo para acercarse a Jesús y cómo los superó?

¿Cómo reaccionaron las personas alrededor de Bartimeo cuando él llamó a Jesús?. ¿Cómo respondes tú cuando escuchas el grito de ayuda de los demás?

Bartimeo dejó su manto para ir hacia Jesús. ¿Qué cosas materiales o emocionales necesitas dejar atrás para seguir a Jesús más de cerca?. ¿Qué significa para ti “seguir a Jesús” en tu vida diaria?

-¿De qué manera puedes ayudar a otros a encontrar su camino hacia Jesús, como lo hizo Bartimeo?

Oración de Bartimeo

Señor Jesús, como Bartimeo, clamo a Ti con fe y esperanza.
Ten compasión de mí y abre mis ojos para ver Tu luz.
Ayúdame a desprenderme de todo lo que me impide seguirte.
Dame la gracia de escuchar Tu llamado y responder con alegría.
Que mi fe sea fuerte y mi corazón humilde,
para que, sanado por Tu amor,
pueda seguirte por el camino de la vida.

Amén.

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