TERCER DOMINGO DE CUARESMA: LA PARÁBOLA DE LA HIGUERA
Pilar Algarate 23 de Marzo de 2025En este tercer domingo de Cuaresma la liturgia nos invita a la conversión y a la misericordia con nuestros hermanos. Estas son las lecturas: Primera lectura: Éxodo (3,1-8a.13-15). Salmo 102. Segunda lectura: Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (10,1-6.10-12). Evangelio: Lucas (13,1-9).
En este tercer domingo de Cuaresma, las lecturas nos invitan a la conversión y a la misericordia. En un contexto marcado por el Jubileo de la Esperanza, se nos recuerda que no hay excusas para no salir al encuentro de los que sufren, incluso cuando nos enfrentamos a desafíos. No hay precepto que pueda justificar la falta de un corazón misericordioso que se acerque a aquellos que más lo necesitan. El proyecto del Reino es un proyecto humanizador, que coloca en el centro la defensa de la vida y la dignidad de las personas, especialmente las más vulnerables.
Comprometidos con los que menos cuentan
El Evangelio de hoy nos presenta a Jesús en su camino hacia Jerusalén, enseñando a sus discípulos las actitudes que han de caracterizar a quienes le siguen. En esta lectura, se destacan dos actitudes esenciales: la conversión y la misericordia. Al igual que el Señor, debemos abrir los ojos para ver y los oídos para escuchar, acercarnos a los sufrimientos de nuestros hermanos y hermanas, y poner en práctica todas nuestras capacidades para liberarlos del dolor.
La misericordia que estamos llamados a vivir debe ser tanto afectiva como efectiva. Afectiva, porque debe inclinar nuestro corazón hacia las pobrezas; y efectiva, porque debe movilizar todos nuestros recursos, personales, eclesiales y sociales, para transformar las situaciones de sufrimiento y marginación.
Nuestro compromiso con un mundo más justo y fraterno debe comenzar con la atención a los más pobres, los más débiles, aquellos que menos cuentan en la sociedad. Este es el camino de la esperanza al que nos invita el Jubileo.
Un minuto más
Vivimos en un mundo acelerado, en el que todo parece tener que suceder de forma inmediata. En este contexto de inmediatez, es fácil caer en el error de pensar que la vida debe seguir el mismo ritmo vertiginoso. Sin embargo, el Evangelio de hoy nos llama a la paciencia, a esperar los tiempos y los ritmos de cada ser humano, incluyendo los propios.
En la naturaleza, las cosas suceden lentamente, y su secreto es la paciencia eterna. Los procesos humanos también necesitan tiempo para madurar, para pensar y reflexionar. En los seguidores de Jesús no hay cabida para el rigorismo ni la intransigencia. Dar ese "minuto más", como dice la canción de La Oreja de Van Gogh, es un acto de misericordia. La paciencia es el apoyo de la debilidad.
En la comunidad cristiana, debemos ser pacientes y misericordiosos los unos con los otros. Darnos tiempo para crecer es una forma de amarnos con el amor misericordioso que Jesús nos enseña, un amor que se alimenta de la esperanza del Jubileo.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 13,1-9
En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera». Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”. Pero el viñador respondió: “Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, 9a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».
Reflexión del papa Francisco: “Ante humanidad estéril Dios ofrece un tiempo de conversión”
Compromiso para esta semana: “En el tiempo de Cuaresma, el Señor nos invita a la conversión. Cada uno de nosotros debe sentirse interpelado por esta llamada, corrigiendo algo en nuestras vidas, en nuestra manera de pensar, de actuar y vivir las relaciones con los demás."
Escuchamos la canción de "Un minuto más", como dice la canción de La Oreja de Van Gogh, para que nos ayude a la reflexión.
Lecturas de la 3ª Semana de Cuaresma
Lunes, 24 de marzo. Evangelio: Lucas 4, 24-30
“En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo”
Reflexión del papa Francisco: "Imitemos la misericordia del Padre para no juzgar a los otros, no condenar y perdonar. Juzgamos continuamente, condenamos continuamente y difícilmente perdonamos”
Martes, 25 de marzo. Evangelio: Lucas 1, 26-38
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». El "sí" de María
Reflexión del papa Francisco: “Mientras admiramos a nuestra Madre por su respuesta a la llamada y a la misión de Dios, le pedimos a Ella que nos ayude a cada uno de nosotros a acoger el proyecto de Dios en nuestra vida, con humildad sincera y generosidad valiente”
Miércoles, 26 de marzo. Evangelio: Mateo 5, 17-19
“No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud”
Propósito: Hoy y durante el resto de la cuaresma, me esforzaré por mostrar gestos de amor, por pequeños que sean, hacia las personas que se cruce en mi camino.
Jueves, 27 de marzo. Evangelio: Lucas 11,14-23
"El que no está conmigo está contra mí"
Invitación del papa Francisco: «Hoy es una jornada para escuchar. “Escuchad, hoy, la voz del Señor”, hemos rezado. “No endurezcáis vuestro corazón”». Y la sugerencia para la oración personal: «Pidamos esta gracia: la gracia de escuchar para que nuestro corazón no se endurezca».
Viernes, 28 de marzo. Evangelio: Marcos 12, 28b-34
"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser"
Oración: Señor, te damos gracias por recordarnos a través de tu palabra que el amor es el mandamiento fundamental que debe guiar nuestra vida. Ayúdanos a amar con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, y a vivir este amor no solo hacia ti, sino también hacia nuestro prójimo, como a nosotros mismos. Que tu gracia nos fortalezca para vivir en plenitud este amor, sabiendo que en Él se encuentra el verdadero sentido de nuestra vida y el camino hacia tu Reino. Amén.
Sábado, 29 de marzo. Evangelio: Lucas 18, 9-14
La parábola del fariseo y el publicano, que Jesús contó a algunas personas que se consideraban justas y despreciaban a los demás.
Petición: Señor, entrega mi vida en tus manos y llévala por el sendero que me acerca a Ti. Que cada uno de mis actos esté guiado por el deseo de cumplir tu Voluntad, con un corazón lleno de alegría y humildad.