«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Mc 9, 30-37

Pilar Algarate 22 de Septiembre de 2024

Lecturas del Domingo XXV del Tiempo Ordinario: Primera lectura: Sab 2, 12. 17-20; Segunda lectura: Sant 3, 16–4, 3; Evangelio: Mc 9, 30-37

Lectura del Evangelio según san Marcos 9, 30-37

Se fueron de allí y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado». 

Palabras del papa Francisco

El Evangelio de Mc 9,30-37 nos cuenta que, de camino a Jerusalén, los discípulos de Jesús discutían sobre
quién «era el más grande entre ellos». Entonces Jesús les habló de forma contundente, que también se aplica a
nosotros hoy: «Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos» (v. 35). El valor de una persona ya no depende del papel que desempeña, del éxito que tiene, del trabajo que hace, del dinero que tiene en el banco; no, no depende de eso; la grandeza y el éxito, a los ojos de Dios, tienen otro rasero: se miden
por el servicio. No por lo que se tiene, sino por lo que se da. ¿Quieres sobresalir? Sirve. Este es el camino.

Hoy en día la palabra “servicio” parece un poco descolorida, desgastada por el uso. Por eso, si queremos seguir a Jesús, debemos recorrer el camino que Él mismo ha trazado, el camino del servicio. Nuestra fidelidad al Señor depende de nuestra disponibilidad a servir. Pero a medida que crecemos en el cuidado y la disponibilidad hacia los demás, nos volvemos más libres por dentro, más parecidos a Jesús. Cuanto más servimos, más sentimos la presencia de Dios. Sobre todo cuando servimos a los que no tienen nada que devolvernos, los pobres, abrazando sus dificultades y necesidades con la tierna compasión: y ahí descubrimos que a su vez somos
amados y abrazados por Dios.

Para ilustrarlo, Jesús después de haber hablado de la primacía del servicio, hace un gesto. Toma un niño y lo coloca en medio de los discípulos, en el centro, en el lugar más importante (cf. v. 36). El niño, en el Evangelio, no simboliza tanto la inocencia como la pequeñez. Porque los pequeños, como los niños, dependen de los demás, de los adultos, necesitan recibir. Servir a los que necesitan recibir y no tienen para devolver. Acogiendo a los que están en los márgenes, desatendidos, acogemos a Jesús, porque Él está ahí. Dios. (19 de septiembre del 2021)

Para la reflexión

Se necesita un tiempo de silencio para que cada uno pueda identificar la Buena Noticia de Jesús que se nos anuncia en el texto. Cada uno lo lee, fijándose en lo que Jesús revela a través de lo que pretende, de lo que hace y de lo que dice. Ofrecemos algunas pistas como ayuda:

  • Nos fijamos, por ejemplo, en el interés de Jesús por formar a sus discípulos: el tiempo que emplea, la paciencia.
  • Escuchamos el anuncio que Jesús hace de lo que le va a suceder en Jerusalén; y nos fijamos en su confianza en Dios a pesar de todo.
  • Nos detenemos en la conversación que los discípulos tienen en el camino antes de llegar a la casa y nos preguntamos: ¿Quién es para ellos el más importante? ¿Quién es, en cambio, el más importante para Jesús?
  • Este pasaje del evangelio de San Marcos, ¿me recuerda algún otro pasaje de los evangelios?
  • ¿Cuál es la Buena Noticia que nos da Jesús en este pasaje del evangelio?

Oración de la Semana de la Palabra

Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste
hasta la muerte, y muerte de cruz, para
ser ejemplo perenne que confunda
nuestro orgullo y amor propio.
Concédenos la gracia de aprender y
practicar tu ejemplo, para que,
humillándonos como corresponde a
nuestra miseria aquí en la tierra,
podamos ser ensalzados hasta gozar
eternamente de ti en el cielo.

Amén

El cardenal Cobo invita a una renovación comunitaria en la Semana de la Palabra

El cardenal José Cobo ha escrito una carta con motivo de la Semana de la Palabra «Por tu Palabra, echaré las redes» (Lc 5,5), que se celebrará en la diócesis de Madrid del 22 al 28 de septiembre de 2024. En esta misiva, invita a todas las comunidades a centrar sus actividades, tanto ordinarias como extraordinarias, en la contemplación y escucha comunitaria de la Palabra de Dios.

En la carta se subraya la importancia de la Palabra de Dios en la vida de los fieles y en la construcción de una comunidad más unida y comprometida. Su objetivo es que esta semana impulse una renovación espiritual y comunitaria, orientando el inicio del curso pastoral bajo tres ejes: la asamblea del Sínodo sobre la Sinodalidad, que tendrá lugar durante el mes de octubre, el Jubileo de 2025 y la profundización del papel del laicado en la Iglesia.

Enfatiza en la necesidad de escuchar y meditar la Palabra de Dios, destacando que esta práctica es fundamental para el crecimiento espiritual y comunitario. Invita a los fieles a dedicar tiempo a la lectura y reflexión de las Escrituras, tanto de manera individual como grupalmente.

La carta hace un llamado a la unidad y el compromiso dentro de la comunidad cristiana. El cardenal Cobo anima a los fieles a participar activamente en las actividades programadas durante la Semana de la Palabra. Se destaca la importancia de trabajar juntos en el camino pastoral, fortaleciendo los lazos comunitarios y renovando la fe.

Durante la Semana de la Palabra, el cardenal Cobo propone llevar  a cabo diversas actividades, "todas las actividades, las habituales o las extraordinarias, giren alrededor de la contemplación y la escucha comunitaria de la Palabra de Dios".

El cardenal Cobo invita a los fieles a aprovechar esta semana para que "nos dé pistas para afrontar el curso nuevo y nos ayude a afrontar los obstáculos que puedan surgir". La Semana de la Palabra es una oportunidad para profundizar en la relación con Dios y con los demás miembros de la comunidad. El lema escogido para esta semana surge de la respuesta de Pedro a Jesús, justo antes del milagro de la pesca milagrosa: «Por tu Palabra, echaré las redes» (Le 5,5).

El Cardenal concluye su carta con un mensaje de esperanza y aliento, recordando a los fieles que la Palabra de Dios es una fuente inagotable de sabiduría y guía: "Que, al inicio de curso, el caminar juntos alrededor de la Palabra, nos renueve como comunidad y nos dé fuerzas para caminar, asimismo juntos, a lo largo de este curso pastoral". Anima a todos a vivir esta semana con entusiasmo y devoción, confiando en que la Palabra de Dios iluminará su camino y fortalecerá su fe.

Descarga aquí el material orientativo para la Lectio divina

Descarga aquí la propuesta de celebración de la Palabra

Descarga aquí las sugerencias litúrgicas para la Semana de la Palabra

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