Quinto Domingo de Pascua: “Amaos como yo os he amado”, el amor que transforma la vida y la historia

Pilar Algarate 18 de Mayo de 2025

Lecturas del día: Hechos 14:21-27. Sal 145:8-13. Apocalipsis 21:1-5. Juan 13:31-33, 34-35

El Señor se despide de sus discípulos, pero antes les da un mandamiento nuevo, que les permite vivir unidos a Él: amarse unos a otros, amor mutuo, como Él amó. El amor de unos para con otros hace nuevas todas las cosas, las hace santas y fecundas para esa nueva creación.

El Señor actúa en nuestro mundo a través de nosotros. La misteriosa presencia  del Dios que ama y salva se realiza por las manos, por las bocas, por los sufrimientos y por las caricias, los sentimientos y las ternuras que sabemos dar y ofrecer a los que nos rodean. La primera lectura, del Libro de los Hechos de los Apóstoles, nos presenta la actividad frenética de Pablo y Bernabé al servicio de las Iglesias. Un continuo movimiento, con muchos sinsabores y persecuciones —además de la incomodidad— para ofrecer el aliento de la fe, en el acompañamiento a los hermanos. Pero están agradecidos por lo que hace el Señor «por medio de ellos».

También en el evangelio de Juan, en que se nos recuerda la última cena pascual de Jesús con sus discípulos, se nos habla del mandamiento que les ofreció: amar hasta la entrega: unos a otros, como yo. Es la plenitud del amor, justo antes de su autodonación. Nos invita el Señor a hacer lo mismo para ser testigos de lo que Él ha hecho y hace por toda persona humana: y no de palabra o en teoría, sino con unas entrañas que se conmuevan, actúen y se comprometan. Ese camino terminará con la última palabra de Dios al final de los tiempos. El Libro del Apocalipsis, que es proclamado en la segunda lectura, nos menciona hacia dónde nos dirigimos: un cielo nuevo y una tierra nueva. El Señor hace nuevas todas las cosas… y las hace bien. El Señor cambiará nuestro luto en danza. El Señor nos hará habitar en la Ciudad Santa. El amor de Dios, el amor entre nosotras y nosotros, la esperanza de una vida distinta sin sufrimiento ni dolor, lo anticipamos de manera litúrgica en nuestra asamblea dominical. Aquí podemos vivir en ese otro mundo posible. La Palabra nos prepara para poder experimentarlo, escuchemos con alegría.

Lectura del santo Evangelio según San Juan 13, 31-33a. 34-35

Cuando Judas salió del cenáculo, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.

Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos’’.

Preguntas para la reflexión:

  1. ¿Cómo estoy viviendo el mandamiento del amor en mi día a día? ¿Se nota en mis gestos concretos hacia las personas más vulnerables?
  2. ¿De qué manera el amor que Jesús nos propone puede traducirse hoy en compromiso por un empleo digno?
  3. ¿Qué signos de esperanza veo en el inicio del ministerio del papa León XIV? ¿Qué sueños tengo para la Iglesia que camina junto a quienes sufren?
  4. ¿Conozco a alguna persona que ha visto transformada su vida gracias a un empleo digno? ¿Cómo puedo apoyar o implicarme en iniciativas como las de Cáritas?
  5. ¿Qué pasos concretos puedo dar esta semana para amar “como Jesús” a través el acompañamiento o el cuidado de alguien cercano?
#quintodomingodepascua
Volver