¿Quién decís que soy yo?: una pregunta que sigue interpelando
Pilar Algarate pilar.algarate@caritasmadrid.org 29 de Junio de 2025Este domingo, 29 de junio, la Iglesia celebra una de las grandes fiestas de la familia cristiana: la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo.
En la región de Cesarea de Filipo, Jesús no busca halagos ni estadísticas. Lo que desea es un acto de fe. Y lo hace con una pregunta directa que atraviesa el tiempo y nos alcanza también hoy: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. No pregunta por fórmulas doctrinales ni por respuestas aprendidas. Quiere saber qué lugar ocupa en el corazón de cada persona, en nuestras comunidades, en nuestra vida concreta.
Pedro se atreve a responder: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Y con esa confesión nace algo nuevo: la confianza de Jesús en Pedro, en su humanidad frágil, para poner en sus manos una misión: ser piedra, ser comunidad viva, sostener y acompañar a otras personas en la fe.
Hoy, al celebrar la vida y la entrega de Pedro y Pablo, recordamos no sólo sus muertes valientes, sino su vida transformada por el encuentro con Jesús. Pedro, pescador impulsivo, y Pablo, perseguidor convertido, muestran que Dios construye su Iglesia sobre personas reales, con debilidades y aciertos, pero apasionadas por el Reino.
La Iglesia de hoy —en sus parroquias, comunidades, movimientos y espacios de misión— sigue edificándose sobre esa misma fe que Pedro confesó. Una Iglesia llamada a ser piedra firme en medio de un mundo en cambio, que acompaña, escucha y sostiene a quienes caminan entre el dolor, la incertidumbre o la esperanza.
Pedro y Pablo no se anunciaron a sí mismos. Anunciaron a Cristo crucificado y resucitado, con valentía y alegría, incluso hasta el martirio. Que su ejemplo nos impulse a preguntarnos hoy:
- ¿Quién es Jesús para mí, para nosotras, para nuestra comunidad?
- ¿Desde dónde lo anunciamos y cómo lo vivimos?
- ¿Somos piedras vivas, puentes de comunión, testigos de esperanza?
Lectura del santo evangelio según san Mateo
Mateo 16, 13-19
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas”.
Luego les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Jesús le dijo entonces: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”.