La Iglesia despide con gratitud al papa Francisco en la última misa de los novendiales

Pilar Algarate 5 de Mayo de 2025

Con una eucaristía solemne presidida por el cardenal Dominique Mamberti, Protodiácono del Colegio Cardenalicio, la Iglesia universal dio por concluidos los novendiales —los nueve días de oración en sufragio por el alma del papa Francisco— y expresó su profundo agradecimiento por el legado espiritual, pastoral y humano del pontífice fallecido.

Durante su homilía, el cardenal Mamberti destacó la fidelidad incansable de Francisco, quien, movido por el amor de Dios, "fue fiel a su misión hasta el máximo desgaste de sus fuerzas". La persona purpurada recordó con emoción la imagen del papa asomado con dificultad a la Logia central del Vaticano el pasado Domingo de Pascua para impartir la bendición Urbi et Orbi, subrayando su "valentía y determinación para servir al Pueblo de Dios hasta el final".

Una lógica de amor que transforma la fragilidad en misión

Reflexionando sobre el pasaje evangélico del diálogo entre Jesús y Pedro, el cardenal afirmó que el pontificado de Francisco se entendió desde el amor como fuerza transformadora. "Cristo adapta su lenguaje al pobre amor de Pedro", expresó Mamberti, reconociendo que también en la fragilidad hay espacio para la misión, como lo demostró el papa Francisco con su vida entregada y su cercanía perseverante.

La adoración, centro de su vida espiritual

El Protodiácono subrayó además la importancia que Francisco dio a la adoración en la vida de la Iglesia: "Hemos perdido el hábito de la adoración… redescubramos el gusto por la oración de adoración", recordando palabras del papa en la solemnidad de la Epifanía de 2024. Esa dimensión, explicó, estaba arraigada en la vida interior del pontífice, marcada por la espiritualidad ignaciana y una intensa relación con Dios.

Bajo el amparo de María

La homilía concluyó evocando la profunda devoción mariana del papa, especialmente su relación con la imagen de la Salus Populi Romani, a la que acudió 126 veces durante su pontificado. "Ahora que descansa junto a su amada Imagen, lo encomendamos con gratitud y confianza a la intercesión de la Madre del Señor y Madre nuestra", dijo Mamberti.

Con esta misa culmina el tiempo oficial de luto, mientras la Iglesia se prepara para el Cónclave que comenzará el miércoles 7 de mayo, en el que quienes integran el colegio cardenalicio se reunirán para discernir quién será la persona sucesora de Francisco, continuando así el camino que él mismo abrió con audacia, ternura y esperanza.​​

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