“La boca habla de lo que está lleno el corazón”
Pilar Algarate 2 de Marzo de 2025Lecturas del octavo Domingo del Tiempo Ordinario: Eclo 27, 5-8/ 1. Sal 91, 2-3. 13-14.
Cor 15, 54-58. Lc 6, 38-45
Hoy las lecturas nos invitan a mirar más allá. La clave para valorar a las personas no está en la estética, sino en su ética. Las buenas acciones brotan de las buenas personas y esto es lo que realmente marca al ser humano. Ojalá que seamos capaces de convertirnos en "influencers" de gestos solidarios y apartarnos de los "ciegos que guían otros ciegos".
Lucas aúna en este texto tres mensajes que Jesús dio a sus discípulos y que bien podrían aplicarse en la actualidad, en nuestro seguimiento diario a Cristo. Este camino no podemos hacerlo solos, necesitamos acompañantes, guías lúcidos que nos ayuden a ir descubriendo lo que nos va pidiendo el Señor. Y a su vez, nosotros somos los que acompañamos y orientamos a otros en este proyecto de Reino. El evangelio de hoy nos llama a dos grandes responsabilidades en este sentido. Por una parte, nos invita a elegir bien nuestros guías para que nos conduzcan por caminos de vida; y por otra parte, nos exhorta a formarnos bien, a fin de no ser guías ciedos para otros, y no sepamos conducirlos por los caminos del Señor, porque: "¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?", dice el Evangelio. Y el Salmo advierte: "No elogies a nadie antes de oírlo hablar".
"¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?", continúa la palabra de hoy. Ésta es una llamada a mirarnos en nuestro interior y una exhortación a los catequistas y formadores: quien va a guiar a otro ha de tener su ojo limpio para ayudar a limpiar el ojo del hermano.
La palabra de hoy nos recuerda también que cada árbol produce sus propios frutos: si el árbol es bueno, dará frutos buenos, si el árbol es malo, dará frutos malos. La vida de los seguidores de Jesús no puede reducirse a buenos deseos, sino que ha de tener unas consecuencias prácticas y traducirse en actitudes y actos.
Lectura del evangelio
Lucas 6, 39-45
En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: “¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo’, si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano.
No hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cortan uvas de los espinos. El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón”.
Palabras del papa Francisco
El pasaje del Evangelio de hoy presenta parábolas breves, con las cuales Jesús quiere señalar a sus discípulos el camino a seguir para vivir sabiamente. Con la pregunta: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego?» (Lc 6, 39), quiere subrayar que un guía no puede ser ciego, sino que debe ver bien, es decir, debe poseer la sabiduría para guiar con sabiduría, de lo contrario corre el peligro de perjudicar a las personas que dependen de él. Así, Jesús llama la atención de aquellos que tienen responsabilidades educativas o de mando: los pastores de almas, las autoridades públicas, los legisladores, los maestros, los padres, exhortándoles a que sean conscientes de su delicado papel y a discernir siempre el camino acertado para conducir a las personas. (…) En el pasaje de hoy encontramos otra frase significativa, que nos exhorta a no ser presuntuosos e hipócritas. Dice así: «¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo?» (v. 41). Muchas veces, lo sabemos, es más fácil o más cómodo percibir y condenar los defectos y los pecados de los demás, (…) VìTodos tenemos defectos: todos. Debemos ser conscientes de ello y, antes de condenar a los otros, mirar dentro de nosotros mismos. Así, podemos actuar de manera creíble, con humildad, dando testimonio de la caridad. (Ángelus, 3 de marzo de 2019)
Oración
"Señor, dame alguien que me guíe, un guía que no sea ciego, un guía que a ti me lleve, y así pueda comprender cuál es en mí tu proyecto", reza una canción de Brotes de Olivo en alusión a la parábola del ciego.