José Cobo, en la apertura del año Jubilar: “La esperanza nos pide mirar con los ojos de María, quien descubrió cómo la salvación se realiza en medio de lo cotidiano”

Pilar Algarate 29 de Diciembre de 2024

Este domingo, la Catedral de la Almudena se convirtió en el epicentro de la celebración del Jubileo de la Esperanza, con una eucaristía que marcó el inicio de este tiempo especial de gracia y reflexión convocado por el papa Francisco.

La celebración comenzó con la procesión de entrada que recorrió la plaza de la Almudena para acceder por la misma puerta que ya se eligió en 2018, cuando la catedral fue templo jubilar con motivo de la conmemoración de los 25 años de su finalización.

El Cardenal comenzó su homilía agradeciendo la presencia de las familias y niños que acudieron a la celebración, subrayando su importancia en la vida de la Iglesia. “Gracias por vuestro esfuerzo, porque sois esenciales y os necesitamos mucho”, expresó, destacando el papel fundamental de los más pequeños en el camino de la fe.

El Arzobispo destacó que la esperanza cristiana no es un sentimiento pasajero ni un simple deseo de que las cosas mejoren, sino un compromiso activo y lúcido con la realidad. “La esperanza es la confianza en que el bien de Dios va creciendo, incluso en los momentos más oscuros, y nos invita a empeñarnos en el movimiento de Dios”, afirmó. Además, señaló que esta virtud requiere paciencia y perseverancia, especialmente en un mundo marcado por la urgencia y la frustración. “La esperanza nos pide mirar con los ojos de María, quien descubrió cómo la salvación se realiza en medio de lo cotidiano, incluso en las pruebas más difíciles”, explicó, invitando a los fieles a ser “profetas de la esperanza” capaces de detectar y cultivar los signos del bien en sus familias, comunidades y sociedad.

Durante la homilía, el Cardenal invitó a las familias a ser “lugares de acogida y esperanza” en medio de un mundo marcado por la soledad y el egoísmo. Inspirándose en el modelo de la Sagrada Familia, el arzobispo subrayó que “el amor no es solo sentimentalismo, sino una forma de reflejar el paso de Dios por nuestras vidas”. Asimismo, señaló que el Jubileo debe ser una oportunidad para renovar el compromiso con el cuidado de la familia, la transmisión de la vida y la construcción de un entorno que favorezca la vida digna.

El acto forma parte del inicio global del Jubileo de la Esperanza convocado por el papa Francisco, que se celebra simultáneamente en todas las catedrales del mundo. En este contexto, el arzobispo invitó a la comunidad a aprovechar el 2025 para “recuperar la confianza serena en el proyecto de Dios” y hacer de la Iglesia de Madrid un faro de esperanza para la sociedad actual.

La celebración concluyó con una oración especial en la que se encomendó a las familias y a la Iglesia madrileña al Señor, pidiendo que este Jubileo sea un tiempo de renovación espiritual y compromiso con el amor y la justicia.

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