«La luz verdadera que alumbra a toda persona» (Jn 1, 9)
22 de Diciembre de 2025Por Javier Ojeda
Delegado episcopal de Cáritas diocesana de Madrid
La Navidad vuelve a recordarnos que una Luz entra en nuestra historia para tocar el corazón de todas las personas. No es una luz que generemos nosotras o nosotros. Es un don, un regalo del amor gratuito de Dios, que se hace presente en medio de nuestras fragilidades y en las sombras de nuestro mundo.
La Luz que nace en Belén no irrumpe con fuerza ni poder. Nace en un espacio humilde, en un pesebre sencillo, para mostrarnos que Dios se hace presente donde el mundo espera menos, en lo pequeño, lo frágil y lo cotidiano. Esa Luz verdadera ilumina la dignidad de cada persona y nos invita a mirar la vida con esperanza renovada.
Este año, la Campaña de Navidad de Cáritas diocesana de Madrid, con el lema «Nace la Luz que nos toca el corazón», nos invita a dejarnos iluminar por esa presencia que transforma desde dentro, y a reflejarla después en gestos concretos de cercanía, ternura y servicio.
La exhortación apostólica Dilexi te, del papa León XIV, nos recuerda que «el amor de Cristo se ofrece, nunca se impone», y que quien contempla ese amor «se vuelve capaz de amar». Esta es también la manera en que Cáritas Madrid desea vivir su misión: acompañando sin imponer, caminando junto a las personas hasta descubrir juntas la luz que ya está en cada una de ellas.
Nuestro arzobispo, el cardenal José Cobo, nos invita en su carta pastoral a «aprender a mirar como Dios mira», con un corazón peregrino, capaz de acercarse a los lugares donde la vida duele y donde la esperanza parece haberse apagado. Esa es la mirada que queremos despertar en esta Navidad: una mirada capaz de descubrir la presencia de Dios en lo pequeño, en lo escondido, en las historias de cada persona.
En medio de las realidades que hoy oscurecen la vida —soledad, exclusión, precariedad, rupturas familiares, inestabilidad personal y social—, el mensaje de la Navidad es claro: Dios sigue naciendo. Y lo hace en la fragilidad de nuestra humanidad. No venimos a llevar luz desde fuera, sino a caminar con humildad, redescubriendo, reconociendo que la luz ya está presente en nuestro mundo, en cada corazón.
Hay imágenes que son un retrato social y evangélico de estas fechas navideñas. Por un lado, la mano que sostiene una vela, que no es el origen de la luz, pero que, sin embargo, toca esa luz para dejarse iluminar o para que otros se iluminen; la mano que acaricia la esperanza, que acoge y acompaña. Y por otro lado, hay siempre un sencillo Belén, humilde, como José y María, reflejo de una fragilidad compartida. Estas imágenes resumen nuestro deseo como Iglesia y como Cáritas: recibir la Luz verdadera y ofrecerla con ternura a quienes más necesitan compañía, consuelo, escucha y esperanza.
Desde Cáritas diocesana de Madrid, deseamos que esta Navidad nos ayude a abrir el corazón, a descubrir la luz que nace en cada persona y a permitir que esa Luz nos transforme. Que toque el corazón de las personas más vulnerables para alumbrarlas de esperanza, y que toque el corazón de las miles de personas que desean construir un mundo más justo y fraterno para que se muevan a colaborar.
Que Dios ilumine nuestro camino, nos llene de esperanza y nos impulse a compartir su amor en gestos sencillos que hagan de nuestras parroquias, barrios y hogares expresión viva de la comunidad cristiana de la Iglesia en Madrid, auténticos pesebres de luz. Feliz Navidad.