“Hay que crear condiciones para que las personas puedan vivir con dignidad” Vicente Martín, obispo auxiliar de Madrid

Pilar Algarate 6 de Febrero de 2025

Este jueves, 6 de febrero, se ha abierto el tercer bloque del IX Ciclo de Conferencias para Evangelizadores: “Jesucristo, 2025 años de esperanza”, organizado por la Delegación Episcopal de Catequesis de Madrid. En esta ocasión, la ponencia ha estado a cargo de monseñor Vicente Martín Muñoz, obispo auxiliar de Madrid, quien ha abordado el tema “La caridad cristiana, fruto de la esperanza cristiana”.

La conferencia se enmarca en el contexto del Jubileo 2025, un año de gracia para reavivar la esperanza y abrir caminos especialmente para quienes enfrentan mayores dificultades. Durante su intervención, monseñor Martín ha profundizado en la relación inseparable entre fe, esperanza y caridad en la acción evangelizadora de la Iglesia.

“La evangelización pasa por el compromiso con la justicia”, ha señalado el obispo auxiliar, destacando la importancia de no separar las distintas dimensiones de la vida cristiana: “No podemos parcializar nuestra Iglesia, como si la pastoral litúrgica no tuviera nada que ver con la pastoral de la Palabra, o la catequesis con la caridad”.

Asimismo, ha subrayado que la esperanza es un motor de vida que permite resistir, afrontar dificultades y emprender nuevos caminos: “La esperanza no camina sola, va acompañada de la fe y la caridad”.

El papel de la Iglesia en un mundo herido

Durante su intervención, Vicente Martín ha reflexionado sobre los desafíos sociales actuales, enmarcándolos en el concepto de la sociedad del riesgo. Ha hecho referencia a los informes de Cáritas sobre exclusión social, señalando que más de 9,5 millones de personas en España se encuentran en situación de vulnerabilidad, y ha insistido en que “no podemos conformarnos con ser meros críticos ni esperar que los problemas los resuelvan otros”. La Iglesia, ha afirmado, debe ser parte activa en la transformación social.

En este sentido, ha destacado que la acción caritativa no es solo una respuesta asistencial, sino una dimensión profundamente evangelizadora y espiritual: “La caridad cristiana no es un departamento de asuntos sociales paralelo al Estado, sino una forma de anunciar el Evangelio”. Y ha añadido que no basta con ayudar puntualmente, es fundamental acompañar, sino que es necesario generar cambios estructurales: 

sino que es necesario generar cambios estructurales: “No solo debemos curar heridas, sino preguntarnos cómo evitar que haya tantos heridos en el camino”.

Esperanza en acción: construir comunidad y justicia

Para abrir caminos de esperanza, el obispo auxiliar ha planteado tres claves fundamentales:

1. Salir al encuentro de quienes sufren, acompañándolos en su realidad.

2. Trabajar por el bien común, promoviendo una sociedad más justa.

3. Tejer comunidades vivas, donde la fe se viva en fraternidad y solidaridad.

En este sentido, ha insistido en la necesidad de fortalecer el sentido de comunidad en la Iglesia: “Nadie puede pelear esta vida en solitario. La fe se vive y se comparte en comunidad”. También ha recordado que la esperanza no es un mero deseo pasivo, sino una actitud activa: “No basta con esperar, hay que esperanzar. Y esperanzar es construir, no desistir, juntarse con otros para hacer posible otro mundo”.

Finalmente, monseñor Martín ha concluido su ponencia con una certeza que resume el espíritu de su mensaje: “El pobre nunca encontrará a Dios indiferente”.

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