El papa Francisco invitó al mundo a cruzar la Puerta de la Paz en su mensaje de Navidad

Ayer, desde la Logia Central de la Basílica de San Pedro, el papa Francisco pronunció su mensaje navideño y otorgó la Bendición Urbi et Orbi en la Solemnidad de la Natividad del Señor. En un discurso lleno de esperanza, el Santo Padre hizo un llamado a la reconciliación y a la paz en un mundo marcado por divisiones y conflictos.

“En esta Navidad, inicio del Año jubilar, invité a todas las personas, a todos los pueblos y naciones a armarse de valor para cruzar la Puerta, a hacerse peregrinos de esperanza, a silenciar las armas y superar las divisiones”, expresó Francisco, subrayando el significado espiritual del Jubileo y su vínculo con Jesús, la Puerta Santa de la salvación.

En su mensaje, el Papa destacó que el nacimiento de Cristo es un misterio de amor que se renueva cada año, recordando que Dios abre su corazón para reconciliar a la humanidad con Él y entre sí. “Jesús es la Puerta que el Padre misericordioso abrió en medio del mundo, para que todos podamos volver a Él. Dejémonos perdonar por Él, dejémonos reconciliar con Él”, afirmó, invitando a todos a atravesar esta Puerta de la paz.

Francisco recordó que la misericordia de Dios tiene el poder de “desatar nudos, abatir muros, disipar el odio y el espíritu de venganza”. Animó a la humanidad a dejar atrás las contiendas y a confiar en el Niño de Belén, que representa el amor infinito de Dios.

El Papa concluyó su mensaje con una llamada a la esperanza: “Que esta Navidad nos impulse a construir un mundo más justo y reconciliado, donde las armas callen y la unidad prevalezca. Jesús, el Príncipe de la paz, nos mostró el camino. Cruzar esta Puerta requirió valentía, pero también nos dio la certeza de que la paz es posible”.

La celebración, en el marco del inicio del Año jubilar, marcó un nuevo tiempo de gracia para la Iglesia y para el mundo, con el mensaje claro de que la reconciliación y el amor son el centro de la salvación que Cristo trajo.