Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos
Pilar Algarate 2 de Noviembre de 2025El Evangelio de este domingo nos sitúa ante una de las promesas más consoladoras de Jesús: Dios no pierde a nadie. Cada persona tiene un lugar en el corazón del Padre, un espacio de vida donde la muerte no es la última palabra. Él ha venido para que no se pierda nada de lo que el Padre le ha confiado.
En este día que recordamos a quienes han partido, Jesús nos invita a mirar más allá de la ausencia, y acercarnos a la certeza de que todas las vidas están abrazadas por Dios. La vida eterna no es teoría: es garantía de amor fiel, es promesa de resurrección, es certeza de que lo que fue sembrado en el amor permanece para siempre.
La fe nos enseña que Dios no solo acompaña la muerte física, sino también las pequeñas muertes que atraviesan a las personas en la historia: pérdidas, rupturas, injusticias, desarraigos… Jesús afirma que cada vida está llamada a plenitud. Que el Padre quiere vida verdadera, definitiva, para todas las personas sin distinción.
Contemplar a los difuntos desde este Evangelio es, hoy, un acto de esperanza activa: caminar como mujeres y hombres que confían en esa promesa, y que trabajamos para que en esta tierra haya signos visibles de resurrección, de dignidad, de cuidado y de amor compartido.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas
Juan 6, 37-40
Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.
Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».
Preguntas para la reflexión:
- ¿En qué me sostiene hoy esta promesa de Jesús sobre la resurrección?
- ¿Qué muerte interior necesito que Dios transforme en vida?
- ¿Desde dónde vivo la esperanza cristiana: como teoría o como confianza real?
- ¿Qué gestos concretos de vida nueva puedo sembrar hoy en mi entorno?
- ¿Cómo puedo recordar y honrar a las personas difuntas con amor activo y agradecido?
Oración:
Señor Jesús,
te encomendamos hoy la vida de quienes amamos y ya están contigo.
Haznos creer que tu promesa es verdadera y que la muerte no vence al amor.
Acompaña también nuestras heridas, nuestras dudas, nuestros duelos.
Que esta esperanza se convierta en fuerza para vivir amando más y mejor.
Y que, sostenidos por tu palabra, podamos decir con verdad:
Yo creo en la vida eterna, y en que Tú nos resucitarás en el último día.
Amén