El cardenal Cobo “La Virgen de la Paloma nos llama a acoger y acompañar toda soledad”
Pilar Algarate 15 de Agosto de 2025La Iglesia de la Virgen de la Paloma se llenó este 15 de agosto para celebrar la fiesta en honor a la patrona popular de Madrid. La eucaristía estuvo presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, quien, ante un templo abarrotado de fieles, recordó que esta cita “no es solo una tradición en medio del calor de agosto, sino la oportunidad de sabernos salvados y rescatados de la soledad”.
En su homilía, el Arzobispo evocó el origen de la devoción, a finales del siglo XVIII, cuando Isabel Tintero rescató de unos niños un lienzo roto con la imagen de la Virgen y lo colocó en la puerta de su casa, dando origen a una corriente de fe y encuentro vecinal. “Como entonces, la Virgen de la Paloma acoge nuestras soledades y las eleva a Dios”, afirmó.
El cardenal Cobo propuso tres pasos para vivir la fe desde el ejemplo de María: mirar al cielo para descubrir la esperanza de Dios en medio de las soledades modernas; colocar a Dios en nuestras casas y en la vida pública, como luz que acompaña y transforma; y salir al encuentro, siguiendo el ejemplo de María que, embarazada, fue a visitar a su prima Isabel para compartir consuelo y alegría.
El arzobispo subrayó que la fe “no es una colección de ideas, sino un movimiento: salir, encontrarse, pacificar y tocar la vida de los demás”. Invitó a la Iglesia y a la sociedad madrileña a tener “puertas abiertas para provocar encuentros que alivien soledades” y llamó a trabajar por la paz en un mundo marcado por conflictos como los de Gaza, Sudán o Ucrania, con más de medio centenar de guerras activas.
“Lo importante no es la grandeza de nuestros medios, sino la del amor que nos impulsa”, concluyó, animando a reconocer el rostro de Dios en lo cotidiano y a llevarlo “a tantos que esperan el alivio de sus soledades en nuestras manos”.
Por la tarde, la imagen de la Virgen de la Paloma recorrerá en procesión las calles del centro de Madrid, acompañada por miles de personas que, entre cantos, oraciones y gestos de devoción popular, renovarán una tradición que une fe, cultura y compromiso comunitario.
Foto Archidiocesis