Cardenal Cobo en Jueves Santo: «Dios está en quien lava los pies, no en quien se lava las manos»
Pilar Algarate 17 de Abril de 2025El arzobispo de Madrid presidió la Misa Vespertina de la Cena del Señor en la Catedral de la Almudena, destacando los tres símbolos fundamentales de esta celebración: la toalla, la jofaina y la mesa.
La Catedral de la Almudena se convirtió en un verdadero "cenáculo" durante la celebración de la Misa Vespertina de la Cena del Señor, presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. En su homilía, el Cardenal invitó a las personas asistentes a profundizar en "el misterio del amor hasta el extremo" que representa el Jueves Santo, subrayando que "este día no es una representación simbólica ni una escena litúrgica aislada, sino el corazón mismo de nuestra fe".
En un discurso cargado de significado social y comunitario, el cardenal Cobo planteó una pregunta fundamental para la reflexión de las personas creyentes: "¿De qué nos alimentamos?". Una interpelación que trasciende lo meramente físico y conecta con nuestra realidad cotidiana. "Vivimos ahora entre mil menús seleccionados con gluten, sin gluten, con lactosa, sin lactosa, alimentos que engordan y que no engordan... Y siempre elegimos lo que más nos conviene, pero más allá de lo físico, también nos alimentamos de lo que vemos y escuchamos: de las redes, de la televisión, de los medios", señaló.
El Arzobispo hizo especial hincapié en cómo, en ocasiones, "alimentamos nuestra imagen, nuestra rutina o el deseo de agradar", mientras que "disfrazamos nuestra voluntad con el nombre de la voluntad de Dios". Frente a esto, recordó que Jesús nos muestra "cuál es su alimento: cumplir la voluntad del Padre entregándose por amor".
Los tres símbolos del Jueves Santo
El Cardenal Cobo estructuró su homilía en torno a los tres "regalos concretos" que Jesús nos deja en la celebración del Jueves Santo:
- La toalla ceñida: "Jesús se ciñe la toalla como las personas que están listas para servir. Se ata a cada discípula y discípulo con su nombre y apellidos, y hoy se ata también a nosotros, a esta iglesia concreta, con nuestras debilidades y búsquedas". El purpurado destacó que "la toalla no es un clínex para usar y tirar, es una cuerda viva, un lazo firme entre Dios y el mundo".
- La jofaina con agua: Cobo subrayó el gesto radical de Jesús que "vierte agua y se arrodilla" para lavar los pies, mostrando "un modo de amar no desde arriba, sino desde abajo, porque Dios está en quien lava los pies, no en quien se lava las manos". Invitó a las comunidades cristianas a llenar esa jofaina "de agua, de servicio y de ternura".
- La mesa: El tercer símbolo es "una mesa para sentarnos todas y todos", donde Jesús "nos deja su cuerpo y su sangre, no solo para los buenos, también para quienes le traicionan, le niegan o dudan, porque su entrega es absoluta".
"Tomad y comed, no como un acto individual, sino tomad y comed y seguid construyendo iglesia", expresó el arzobispo, recordando que el mandato de Jesús "no hablaba solo del rito, habla de la vida: haced esto, lavad los pies, compartid el pan, amad como yo".
Llamada al compromiso social
En la parte final de su homilía, el cardenal Cobo recordó que estos símbolos "no solo son recuerdos, también son una tarea" que invita a renovar el compromiso comunitario: "Ceñirnos la toalla para quienes no encuentran ayuda, coger la jofaina para quienes necesitan el perdón y poner la mesa a toda persona que busque sentido".
La celebración incluyó también una oración especial por los sacerdotes, "para que recuerden siempre que han sido ungidos para ungir al pueblo de Dios", y una invitación a toda la comunidad cristiana a dejarse "transformar por el amor de Cristo" para ser "testigos juntos de su presencia en el mundo".
El arzobispo concluyó su homilía con un mensaje de esperanza: "Así triunfará el amor del Padre en el mundo. Esa vida que se sembró en el corazón de los discípulos se siembra en nosotros para que germine y la Pascua se convierta en amor fraterno".