El cardenal José Cobo en la Almudena: “La alegría verdadera nace cuando caminamos juntas y juntos y cuidamos a las personas más vulnerables”

Pilar Algarate 9 de Noviembre de 2025

La explanada de la Almudena volvió a llenarse este 9 de noviembre para celebrar la Solemne Eucaristía en honor a Santa María la Real de la Almudena. Más de 4.000 personas participaron en la explanada, y muchas más siguieron la celebración desde las calles y alrededores, en una jornada que volvió a mostrar la dimensión comunitaria y popular de esta fiesta madrileña. La misa, presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, fue retransmitida en directo por Telemadrid y contó con la renovación del tradicional Voto de la Villa del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, recordando el compromiso de construir una ciudad más justa, solidaria y atenta a las personas más vulnerables.

En este Voto, se pidió que Madrid no caiga en disputas estériles que dividen y desgastan, sino que siga trabajando por una ciudad más próspera, más solidaria y más justa; que la atención a quienes se encuentran en mayor fragilidad sea prioridad preferente en las decisiones colectivas; y que no se pierda la conciencia de los orígenes humildes de la ciudad, manteniendo viva la memoria de las raíces rurales que han sostenido su historia.

En su homilía, el cardenal José Cobo invitó a descubrir una alegría profunda, no superficial, que nace de la confianza en Dios y que permanece también en los momentos de dolor y de incertidumbre: “Es siempre una oportunidad encontrarnos a los pies de la Madre para hacer camino juntas y juntos, contemplando la vida desde los ojos de quien sabe mirar con esperanza y alegría”. El arzobispo explicó que las lecturas proclamadas muestran un camino que pasa de la promesa a la plenitud, pero que también incluye el paso por la cruz. “La alegría verdadera no es evasión, ni apariencia, ni postureo; es la capacidad de encontrar sentido también en los días de tormenta”.

Recordó que María se convierte en maestra para aprender a mirar la vida sin miedo a su complejidad: “María no deja de creer en las promesas de Dios, aunque no las entienda del todo. Ella ve la oscuridad de la cruz, pero intuye algo más. La vida sigue con la victoria de Dios”. Y subrayó que la fe cristiana no niega el dolor ni exige una alegría eufórica, sino que abre un horizonte capaz de tirar de la vida hacia adelante y sostenerla.

El arzobispo insistió en que la esperanza cristiana no se vive en solitario: “La vida, cuando se vive de verdad, se comparte. Y la esperanza también”. En este sentido, recordó que en Madrid hay cruces muy concretas que interpelan a toda la comunidad: la pobreza infantil creciente, la dificultad real de acceder a una vivienda digna incluso contando con empleo, la pérdida de horizonte vital en muchas personas jóvenes y las trabas que todavía afrontan las personas migrantes que contribuyen al bienestar común.

Señaló que esta realidad social no son percepciones aisladas, sino que está acreditada por los informes de Cáritas y FOESSA, que desde hace años analizan la evolución de la desigualdad, la brecha social y los factores que generan exclusión en nuestro país. Por ello, invitó a seguir afrontando estas situaciones desde una mirada comunitaria, favoreciendo vínculos, cultivando la amabilidad social, el diálogo y la escucha activa.

Tras la celebración, la imagen de la Virgen recorrió en procesión las calles del centro histórico de la ciudad, y durante la tarde continuó la ofrenda floral y solidaria ante la patrona.

Fotos: Santiago Tedeschi

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