Bautismo del Señor. Redescubrir nuestro bautismo como signo de vida nueva
Pilar Algarate 12 de Enero de 2025La festividad del Bautismo del Señor marca el cierre del tiempo de Navidad. A partir de mañana, comenzaremos el Tiempo Ordinario hasta la llegada de la Cuaresma. La liturgia de hoy, a través de las lecturas, nos revela quién es este Jesús adulto, que se acerca a Juan para ser bautizado.
Primera lectura: Is 42, 1-4.6-7; Segunda lectura: Hechos 10, 34-38; Evangelio: Lucas 3, 15-16. 21-22.
Este domingo celebramos la Fiesta del Bautismo del Señor, un día que marca el inicio del ministerio público de Jesús y nos invita a profundizar en el significado de nuestro propio bautismo. En el contexto del Jubileo de la Esperanza 2025, esta celebración adquiere un sentido especial, ya que nos impulsa a renovar nuestra fe y nuestra misión como discípulos de Cristo.
El Papa Francisco, en el Ángelus del 7 de enero de 2024, nos recordó la importancia de esta fecha en nuestra vida cristiana, animándonos a “no olvidar la fecha de nuestro bautismo” y a celebrarla como un “nuevo cumpleaños”. Este sacramento, que nos hace nacer a la vida de la gracia, es una fuente de esperanza, porque nos identifica como hijos amados de Dios. El Papa nos invita a preguntarnos: “¿Soy consciente del inmenso don que llevo en mí por el bautismo? ¿Reconozco en mi vida la luz de la presencia de Dios?”
En el marco del Jubileo de la Esperanza, que nos llama a ser testigos de un futuro lleno de fe y confianza en el Señor, esta celebración es una oportunidad para revivir nuestro bautismo como signo de vida nueva y para renovar nuestro compromiso de irradiar la luz y el amor de Dios en el mundo.
El evangelio de hoy nos presenta el bautismo de Jesús en el Jordán, un momento que transformó su vida y definió su misión. Al ser bautizado, Jesús se siente inundado por el Espíritu del Padre y se reconoce como el Hijo amado. Desde ese instante, su vida consistirá en proclamar y contagiar el amor insondable de Dios Padre. Esta experiencia también tiene un significado profundo para nosotros: nuestro bautismo nos llama a un encuentro personal con Dios, a reconocer su presencia viva en nuestras vidas y a ser portadores de esperanza para los demás.
En palabras del Papa Francisco, “hagamos juntos la señal de la cruz”, un gesto sencillo pero lleno de significado que nos recuerda la gracia de Dios que nos acompaña y el llamado a ser testigos de esperanza en el mundo.
Que esta celebración del Bautismo del Señor, iluminada por el Jubileo de la Esperanza, nos impulse a reavivar nuestra identidad cristiana y a vivir nuestra fe con mayor alegría, compromiso y confianza en el amor de Dios.
“Y no olvidéis la fecha de vuestro bautismo, que es un cumpleaños.” Celebremos este don de la fe, en gratitud y esperanza.
GRACIAS POR MI BAUTISMO, SEÑOR
Recordando hoy el bautismo de Jesús, ponemos nuestra fe ante ti y ante todos los cristianos del mundo.
— Para que los bautizados seamos gente alegre, divertida, trabajadora, justa y, sobre todo, que ama mucho. Gracias por mi bautismo, Señor.
— Para que los que no sienten tu presencia en su interior, para los que no sienten tu dinamismo, hazte oír, Señor. Gracias por mi bautismo, Señor.
— Para que sepamos consolar, ayudar a tus hijos a ser expertos en el ser humano, para facilitar la vida alrededor. Gracias por mi bautismo, Señor.
— Para que todo el personal de tu Iglesia sea un canto al amor, a la sencillez, a la justicia y a la alegría, Gracias por mi bautismo, Señor.
— Con su bautismo, Jesús comenzó su vida pública. Que nosotros, al reflexionar sobre él, sintamos la fuerza del Señor para presentarlo a los demás. Gracias por mi bautismo, Señor.
— Por los alejados, los que te rechazan, los que hacen locuras en tu nombre; hoy te pedimos que te hagas presente en sus vidas. Gracias por mi bautismo, Señor.