"Amad a vuestros enemigos" Una llamada a la misericordia radical

Pilar Algarate 23 de Febrero de 2025

Lecturas del Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario: 1 Samuel 26, 2. 7-9. 12-13. 22-231 Corintios 15, 45-49Lucas 6, 27-38

Nos adentramos en el Evangelio del séptimo domingo del tiempo ordinario, Jesús nos invita a vivir el amor de manera radical, desafiándonos a amar a nuestros enemigos, a hacer el bien sin esperar recompensa y a perdonar sin límites. Es una enseñanza revolucionaria que va más allá de las normas sociales y nos invita a seguir el ejemplo de un amor que no conoce fronteras. El papa Francisco ha subrayado en diversas ocasiones que el amor cristiano no es solo un sentimiento, sino una acción concreta hacia el otro, especialmente hacia quienes más lo necesitan. En su mensaje, el Papa nos recuerda que "el amor no se improvisa, es un camino" y que debemos dejar que el amor de Dios transforme nuestras relaciones, especialmente con quienes nos resultan más difíciles.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 

Lucas 6, 27-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.

Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.

Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.

Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.

Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida que midiereis se os medirá a vosotros».

Palabra del Señor.

Palabras del Santo Padre

A los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen» (versículos 27-28) ). Y esto no es una opción, es un mandato. No es para todos, sino para los discípulos, que Jesús llama “a los que me escucháis”. Él sabe muy bien que amar a los enemigos va más allá de nuestras posibilidades, pero para esto se hizo hombre: no para dejarnos, así como somos, sino para transformarnos en hombres y mujeres capaces de un amor más grande, el de su Padre y el nuestro. Este es el amor que Jesús da a quienes lo “escuchan”. ¡Y entonces se hace posible! Con él, gracias a su amor, a su Espíritu, también podemos amar a quienes no nos aman, incluso a quienes nos hacen daño. (Ángelus, 24 de febrero de 2019)

Preguntas para la reflexión

¿Cómo podemos vivir el amor a nuestros enemigos en nuestro día a día? ¿Qué ejemplos de la vida de Jesús podemos seguir?

¿Qué significa, para ti, "hacer el bien sin esperar nada a cambio"? ¿Es esto algo difícil de poner en práctica?

¿Cómo podemos, en nuestras comunidades, promover la cultura del perdón y la reconciliación, tal como lo nos pide Jesús?

Jesús nos invita a ser misericordiosos como el Padre lo es con nosotros. ¿Qué significa ser misericordiosos con los demás, especialmente con quienes nos han hecho daño?

Bienaventuranzas

Señor Jesús,

Tu palabra nos llama a amar sin medida, a hacer el bien sin esperar recompensa,

a perdonar incluso cuando el corazón está herido.

Hoy te pedimos que nos des el valor para vivir tu amor radical,

un amor que va más allá de los límites humanos,

un amor que construye puentes, que sana heridas, que transforma vidas.

Ayúdanos a ser reflejo de tu misericordia,

a dar sin esperar nada a cambio,

a perdonar sin reservas y a amar a quienes más nos cuestan.

Que nuestras acciones hablen de tu amor sin fronteras,

y que, en cada encuentro, podamos ser testigos de tu paz y reconciliación.

Te pedimos también que nos des la gracia de ver a los demás con tus ojos,

para poder ofrecerles no solo lo que tienen necesidad,

sino también un corazón dispuesto a dar lo mejor de nosotros mismos.

Que tu amor nos impulse a ser instrumentos de cambio en este mundo

y, a través de nuestra vida, otros puedan conocer tu bondad infinita.

Amén.

#VIIDOMINGOTIEMPOORDINARIO
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