Yo también podría hacer milagros compartiendo
Cáritas Madrid 29 de Junio de 2017
Fiesta de los niños de catequesis de la parroquia El Bosque con los voluntarios de Cáritas Vicaría I
Fiesta de los niños de catequesis de la parroquia El Bosque con los voluntarios de Cáritas Vicaría I
Cáritas Madrid. 29 de junio de 2017.- Como viene siendo habitual, este año hemos vuelto a dedicar una tarde para explicar a los más pequeños de la parroquia El Bosque qué hace Cáritas con una pequeña representación, juegos educativos y una merienda. Los niños reciben encantados la visita de los voluntarios que les cuentan cuál es la misión de Cáritas, qué hacen los voluntarios y cómo lo hacen.
En esta ocasión se hizo una pequeña representación para que los niños comprendan lo importante que es compartir con los demás, tanto las cosas materiales como las inmateriales, mi talento, mi fe, mi alegría, etc.
Aplaudieron con entusiasmo el cuento “La piedra de hacer sopa”, un relato que muestra el valor de la solidaridad. Un forastero llama a la puerta de una mujer y le pide algo de comer pero ella no tiene nada en casa. Entonces el forastero le dice que nos se preocupe porque él tiene una piedra de hacer sopa y si ella pone un puchero con agua al fuego, podrán hacer una magnifica sopa. La mujer lo hizo y llamó a sus vecinas para que vieran el milagro. Entonces el forastero probó un poco de la sopa y exclamo, ¡está deliciosa, pero quedaría mejor con unas patatas! Una vecina trajo corriendo unas patatas,… luego otra metió unas verduras, otra un pata de gallina, otra un poco de sal,… Y al final la protagonista exclamo, ¡traed platos para todos! Y todos se sirvieron de esa suculenta sopa que empezó con solo una piedra y un puchero con agua.
También les explicaron lo importante que es enseñar a las personas a pescar para darles la autonomía de generarse su propio sustento. Explicaron cada uno de los talleres que se llevan a cabo y montaron un juego para que los niños pudieran comprender que es mejor enseñar a pescar que dar peces.
Fue una tarde distinta. Todo acabó con una merienda en la que participaron todos los grupos de la parroquia que habían colaborado en la organización de todos los actos programados para avanzar en la misión de construir comunidad entre todos.
Todos se sentían extrañamente satisfechos y felices compartiendo aquella sopa de la piedra. En medio del alboroto, el extraño se escabulló silenciosamente, dejando tras de sí la milagrosa piedra de hacer sopa, que ellos podrían usar siempre que quisieran hacer una nutritiva y reconfortante sopa.