"Yo me encomiendo a la Virgen"

Cáritas Madrid 4 de Junio de 2019

Luis pone en su voluntariado ilusión, energía, tiempo y corazón. Es voluntario desde hace seis años de Cáritas VIcaría IV, del Centro Arciprestal San Pedro Ad Víncula, y asegura que aprende cada día de las personas a las que desde allí ayuda: "Nos hacen pensar a todos y nos dan una lección de vida", afirma. Éste es su testimonio:

Luis pone en su voluntariado ilusión, energía, tiempo y corazón. Es voluntario de Cáritas VIcaría IV, del Centro Arciprestal San Pedro Ad Víncula, y asegura que aprende cada día de las personas a las que desde allí ayuda: "Nos hacen pensar a todos y nos dan una lección de vida", afirma. Éste es su testimonio: 


Cáritas Madrid. 4 de  junio de 2019- Natural de Cebreros (Ávila), Luis está casado, es padre de cuatro hijos y tiene seis nietos y, además, es voluntario de Cáritas Madrid desde hace seis años.

Empezó en la acogida de la parroquia de San Juan de Dios de la mano del párroco, Don Gonzalo, y allí estuvo dos años. Luego, animado por Toñi, subdirectora de la Vicaría, empezó a colaborar como tutor en el Servicio de Orientación e Información para el Empleo del arciprestazgo de San Pedro Ad Víncula. En la actualidad colabora en la acogida de la Parroquia San Eulogio y en el Centro Arciprestal San Pedro Ad Víncula, donde sigue participando en temas de empleo y ayudando en todo lo que se necesite.

Luis acude a Cáritas de lunes a jueves (y también algunos viernes) por la mañana y por la tarde y le dedica de corazón todo el tiempo, la ilusión y la energía que desprende. Tiene la suerte de que su mujer también colabora muy activamente en otra entidad como voluntaria. Los dos son personas muy comprometidas.

Tanto en las acogidas como en las tutorías y en todas las tareas que desarrolla, su labor como voluntario le ha dado y le da muchísimas compensaciones.

Aprende mucho de las personas que acuden a las acogidas parroquiales, que muchas veces están en situación de vulnerabilidad o en exclusión social. Nos cuenta Luis que estas personas a las que se atiende y acoge son super agradecidas y que da mucha satisfacción ver cómo se nota el cambio que experimentan, que se nota en sus miradas, sus sonrisas, sus actitudes.

Luis cree que las acogidas parroquiales aportan mucho tanto al voluntario que acoge como a las personas necesitadas que acuden. Aunque en ocasiones hay situaciones sociales muy graves, que cuentan con difícil solución, y que dejan al equipo de voluntarios con cierta sensación de impotencia. Aun así, Luis dice que a pesar de todo hay que estar ahí, él se encomienda a la Virgen y muchas veces las cosas acaban solucionándose.

Apunta Luis que el papel de los voluntarios es ayudar a las personas que acuden, siempre que ellas quieran mejorar sus situaciones personales, sociales y familiares, salir de sus estados de depresión, desánimo, impotencia, etc… En Cáritas se les anima a mejorar sus capacidades personales y laborales, formándose laboralmente, acudiendo a los servicios de empleo, a las clases de alfabetización de adultos, a capacitarse para buscar trabajo, etc.

A Luis siempre le ha llamado mucho la atención el hecho de que muchas personas con unos recursos mínimos o muy limitados o pasando por situaciones sociales difíciles transmitan alegría, paz, se las vea contentas con lo que tienen y que necesiten poco para ser felices. "Nos hacen pensar a todos y nos dan una lección de vida", afirma.

Dice riéndose que en ocasiones le confunden con un cura. Su dedicación es vocacional y se nota. Luis ha convencido, ayudado por el entusiasmo con el que desempeña sus labores, a amigos suyos para que colaboren como voluntarios en distintos proyectos de Cáritas y sigue buscando gente. Se le ve encantado con lo que hace y lleno de fuerza e ilusión para seguir ayudando en lo que pueda a los demás, especialmente a los que más lo necesitan.

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