¡Voy a quitarme las gafas de sol, para descubrir que la vida está llena de color!

Cáritas Madrid 25 de Agosto de 2015

Testimonio de una persona que llega a ser una "persona sin hogar", y que en estos momentos tiene ganas de luchar, gracias al apoyo de Cáritas.

Testimonio de una persona que llega a ser una "persona sin hogar", y que en estos momentos tiene ganas de luchar, gracias al apoyo de Cáritas.


Cáritas Madrid. 25 de agosto de 2015.- Durante estos años, que he pasado en la calle, he estado por Madrid Río y el Matadero, pero la situación no me permitía disfrutar de estos maravillosos lugares que tenemos en Madrid.


Yo llegué a la calle con 41 años, fui encargado de obra, estuve felizmente casado y era padre de familia de tres hijos. Mi mujer, dos años después de perder yo el trabajo, en esto que se empezó a llamar la crisis del ladrillo, se separó de mi. Encontró a otra persona que le hacía más feliz, ya que yo con la perdida de trabajo me dió por beber. En el divorcio, yo salí perdiendo, porque tenía que pasar una pensión a mis hijos, y además solo les podía ver una vez cada quince día. Esto hizo que mi relación con el alcohol aumentara y me terminaran echando de la habitación de alquiler en la que estaba, ya que me era muy difícil encontrar un trabajo para poder asumir los gastos.


El problema es que ves venir las cosas, pero no quieres verlas, no asumes lo que está ocurriendo. No tenía familia, y los amigos fueron desapareciendo por el camino, por lo que me encontré en la calle, un 14 de marzo, de hace 4 años. En estos últimos años, he vivido en la calle, he intentado dormir en muchos sitios, como Madrid Río y el Matadero, pero no te da tiempo a ver la hermosura de espacios como estos, ya que hace tiempo que utilizas gafas de sol, donde todo lo ves negro.


Pero un día, una persona que pasaba por la calle, y que en muchas ocasiones me había dado una moneda, que me habló de un centro de Cáritas, en la zona de Laguna, y me dio un billete de metro, para que me acercara y que me pudieran ayudar. Es verdad que en alguna ocasión había ido a las parroquias, pero es muy difícil que te puedan ayudar si tu no te dejas. Y esta vez, me debió de pillar en un momento más receptivo, y aquí estoy.


Llevo unas días en el centro, donde me están ayudando todos los profesionales y voluntarios, a recuperar las ganas de vivir, que ya hace unos años perdí. Siento que entre estas paredes hay amor, cariño y que sobre todo que creen que podemos conseguir "recuperar nuestra vida". Son muchas las actividades que se llevan a cabo, pero la que más me está impactando son las visitas que estamos haciendo, por esos lugares que tantas veces pasé y que nunca vi.


Ahora puedo decir, que quiero y puedo salir de esta situación, e intentar luchar por mí y por mis hijos, que hace ya unos años que no he vuelto a ver. Puedo decir que me he quitado las gafas de sol, y que estoy empezando a descubrir que el mundo tiene color. Sé que me queda mucho por andar, pero por lo menos tengo ganas de intentarlo. Ya que en este centro me siento en familia.


¡Voy a quitarme las gafas de sol, para descubrir que la vida está llena de color!


P.D.: Lo más importante no es quién soy de los de la foto, ya que somos muchas las personas sin hogar que en estos momentos puedes encontrar por las calles de Madrid, con historias parecidas o distintas a la mía, pero llenas de sufrimiento, dificultades, desencantos...

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