Voluntarios de Cáritas Vicaría II, “llamados a vivir la esperanza en un mundo que sufre”

Cáritas Madrid 9 de Febrero de 2021

Más de 100 personas se encontaron virtualmente para compartir experiencias y escuchar el testimonio de la directora de la Editorial San Pablo, que superó la COVID-19. 

 

Más de 100 personas se encontaron virtualmente para compartir experiencias y escuchar el testimonio de la directora de la Editorial San Pablo, que superó la COVID-19. 


Cáritas Madrid. 10 febrero 2021.- Las personas que forman Cáritas lo han dado todo en estos meses de crisis sanitaria y económica; ha sido un derroche de generosidad en atender a las personas y familias.

 

En medio de tanta dificultad y con el deseo de cuidar y acompañar lo humano en su entrega y fragilidad, más de 100 voluntarios participaron en el encuentro online “Llamados a vivir la esperanza en un mundo que sufre”, que tuvo lugar el lunes, 7 de febrero de 2021.   

 

El encuentro fue un "espacio de alimentarse, de dar sentido a todo lo vivido, de escuchar testimonios concretos en los que sentirnos reflejados", realata Miguel Ángel Royo, persona de apoyo de la Vicaría. "De ser conscientes del paso de Dios en un contexto de incertidumbre, miedos y pérdida de perspectivas ante la pobreza radical de la muerte por enfermedad”, relata.

 

Testimonio de la periodista Mª Ángeles López

Los voluntarios de Cáritas Diocesana se conectaron para escuchar a la directora María Ángeles López, de la Editorial San Pablo, que narró su experiencia de contraste entre el sufrimiento vivido por haber padecido la COVID-19, y la trayectoria de esperanza en lo humano sustentada por el soplo del Espíritu Santo.

 

La directora compartió con el equipo de voluntarios muchos sentimientos que vivió cuando se contagió del coronavirus: se sintió sola en la fragilidad de la enfermedad, se sintió cuidada por su familia, sintió la ansiedad, la incertidumbre, no sabía cuándo le hospitalizaron, si volvería a ver a su gente; cultivó la paciencia y la serenidad.

 

La periodista relató que se sintió “atrapada por la enfermedad” encerrada en su habitación; “la vida fluía fuera, al asomarme a la ventana y aplaudir cada tarde en el balcón”, recordó. “Necesitaba el contacto físico, el abrazo; pude celebrar mi cumpleaños de forma distinta, inesperada”, comunicó.

 

Enfermedad como lugar de esperanza

 

A pesar de las dificultades que vivió, María Ángeles lo aprendió como unos “latidos de esperanza” que le han ayudado a crecer como persona: “la enfermedad y el confinamiento como lugares de esperanza y confianza”, explicó a los voluntarios.

 

Además de su experiencia personal, la periodista alentó a los voluntarios a “vivir la esperanza en un mundo que sufre, pero donde hay futuro”, y abordó varios temas, la colaboración entre la Comunidad Científica para descubrir vacunas que nos protejan de este mal, escuchar a nuestros seres queridos, a jugar con los niños y no aparcarlos.

 

Asimismo, la escritora animó a las personas voluntarias de la Vicaría II a dirigir una mirada especial a las víctimas de esta crisis: las personas mayores, las personas sin hogar; a los que trabajan en los servicios esenciales y que nos han cuidado, etc.

 

En este contexto, destacó algunos puntos de aprendizaje un año después de la pandemia: Articular el teletrabajo como posibilidad laboral, valorar la salud como un estilo de vida, afirmar que es posible frenar el cambio climático, la destrucción de la Naturaleza, así como valorar lo común, lo hecho por el tejido social, las redes de apoyo vecinal.

 

Limitaciones humanas

 

Después de escuchar el testimonio de Mª Ángeles, tres voluntarios de la Vicaría -Jaime, Rafa y María- compartieron sus vivencias de estos meses, expresaron un sentimiento “de que había que hacer algo”, de vivir el “desbordamiento” y la “impotencia”, las limitaciones humanas cuando se ayuda a los demás.

 

Del mismo modo, los trabajadores agradecieron a Cáritas por dejarles ayudar, por “no perder la sonrisa ni dejar de apostar por la bondad del ser humano”. Ante la angustia, añadieron, “experimentar que el corazón se conmueve”.

 

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